Javier Jiménez: «Quiero que se vea que lo de Madrid no ha sido casualidad»

El joven matador de Espartinas vuelve a la plaza de la Maestranza después de abrir la puerta grande de Las Ventas y mostrar su evolución en apenas media docena de corridas de toros

23 sep 2016 / 09:58 h - Actualizado: 23 sep 2016 / 10:01 h.
"Toros"
  • El diestro de Espartinas, Javier Jiménez. / EFE
    El diestro de Espartinas, Javier Jiménez. / EFE

Javier Jiménez puede saborear las consecuencias del trabajo bien hecho, la recompensa al esfuerzo y la capacidad de sacar lo mejor de sí mismo. Han bastado cuatro o cinco tardes en escenarios de resonancia –Sevilla, Pamplona, Málaga y Madrid- para colocarle en el disparadero pero fue su puerta grande en la plaza de Las Ventas la que acabó de marcar las diferencias. Su nombre sonó con fuerza en la desastrosa gestión de las sustituciones de la feria de Bilbao. Entonces no pudo ser. Pero no importó. Se había sembrado mucho; y se había sembrado bien. Su inclusión en el hueco que permanecía libre en la primera de San Miguel sólo puede ser considerada como un suma y sigue. Lo más duro sigue estando por llegar...

“Es muy ilusionante volver a Sevilla; después de las buenas sensaciones que tuve en la Feria y sobre todo después de la moral que me ha dado el triunfo en Madrid, afronto esta cita ilusionado, con ganas enormes de que llegue el sábado”, confiesa el diestro de Espartinas que valora su actuación en la última feria como “un paso más” pero, en definitiva, una tarde trascendental que “marcó un antes y un después”.

“Se vio una evolución, pude mostrar algo que mí que yo conocía, pero que no había sacado todavía en la plaza” explica Javier afirmando que “la gente tenía un concepto de mí distinto, podía pensar que no era un torero tan fino y en esa tarde y en ese primer animal pude dar una dimensión que no se había visto”. “Saqué cosas que hacía en el campo, pero que nunca había podido realizar ante el público”, recuerda el matador precisando que “ese día sirvió para quitarme complejos y hacer cosas que sentía y que estaban ahí”.

La espada se atrancó aquella tarde variando el cómputo de trofeos. “Cuando lo tienes en la mano y en mi situación, es duro asimilar que se vaya por la espada”, se sincera el torero que revive las sensaciones de aquella tarde abrileña lamentando el mal manejo del acero. “Sentí como Sevilla respondía a mi toreo y después del esfuerzo, de haber estado tan bien, es una pena, la verdad... Por desgracia me ha pasado otras veces, hasta de novillero, en Sevilla: haberlo tenido ahí y... Esperemos que este sábado se remate. Me falta el triunfo numérico, que es lo que cuenta, ya que los que empezamos necesitamos cortar orejas”, reconoce el joven diestro.

Pero las cosas iban a cambiar radicalmente después de las buenas sensaciones mostradas en Pamplona –donde resultó herido- y en Málaga, plaza en la que recibió el placet de los profesionales a pesar de dejarse un toro vivo al atascarse con el descabello. “Antes de Madrid me decía todo el mundo que hacía falta un triunfo grande”, afirma Javier. “Después de lo de Madrid he ido entrando en sustituciones y en sitios y en carteles buenos. Cuando das motivos de verdad sí cuentan contigo. Los jóvenes tenemos que pegar cuatro o cinco zambombazos en plazas de primera; tenemos que tener una continuidad. Por eso es tan importante para mí esta cita de Sevilla, porque es la primera plaza de primera que piso después de Madrid y quiero que se vea que lo de Las Ventas no ha sido casualidad”, precisa. Mientras tanto, el punto de mira está puesto en el compromiso de este sábado, en la primera de San Miguel: “Sevilla es Sevilla sea la fecha que sea. Esta plaza te da vayas cuando vayas. Además es mi tierra y voy siempre con la misma responsabilidad. En abril un triunfo te sirve para hacer muchas cosas en la temporada. Pero triunfar con fuerza ahora también sirve, y mucho”, concluye.