Jesulín vuelve a vestirse de luces y podría estar dispuesto a hacer temporada. Será el próximo 24 de marzo en la localidad sevillana de Morón de la frontera. El propio matador explicará los pormenores de esta reaparición en la rueda de prensa que ha convocado el próximo viernes en un céntrico hotel sevillano. El torero, que ya había escenificado un retorno puntual el pasado año, había expresado su voluntad de volver a la cancha con motivo de su trigésimo aniversario de alternativa, que se cumple en 2020. Finalmente lo hará un año antes y de la mano de uno de sus fieles: el empresario Carmelo García, que desarrolló casi toda su carrera de banderillero a las órdenes del propio diestro de Ubrique.
Jesulín ya se había vestido de luces el pasado 19 de agosto en la feria de San Julián de Cuenca. El cartel, de claro sabor mediático, lo completaban Juan José Padilla –que ya ha dicho adiós a los ruedos- y Miguel Abellán, que sustituyó al anunciado Cayetano Rivera Ordóñez. Los toros pertenecían a la divisa de Román Sorando y el torero concluyó ese empeño cortando dos orejas, saliendo por la puerta grande y atendiendo a los medios en una inusitada rueda de prensa sin despojarse del traje de luces.
El antiguo ídolo de masas llevaba entonces siete años sin enfundarse el vestido de torear aunque su presencia en festivales del tercer circuito sí había sido una constante en los últimos tiempos. En cualquier caso, su nombre fue desapareciendo de los carteles de las principales ferias en los primeros años del siglo XXI después de algunas idas y venidas paralelas a las andanzas televisivas de su familia.
Jesús Janeiro Bazán, Jesulín de Ubrique en los carteles, constituyó todo un caso de precocidad taurina. Antes de debutar con picadores ya se había labrado un gran ambiente por los pueblos de Cádiz y la serranía de Ronda. Formó junto a Finito de Córdoba y Chamaco un atractivo cartel que constituyó la última edad de oro de los novilleros. La alternativa, con sólo dieciséis años, constituyó todo un acontecimiento. Jesulín se hizo matador el 21 de septiembre de 1990 de manos de José María Manzanares en el coliseo romano de Nimes.
Las corridas organizadas exclusivamente para mujeres, la breve incursión en el mundo de la canción o la forja de su personaje televisivo empañaron en parte la auténtica valía taurina del diestro de Ubrique más allá de sus parejas o declaraciones. Dentro de su currículum hay que recordar que en 1995 pulverizó el récord de los matadores de toros llegando a sumar 161 corridas de toros. En 2001 sufrió un gravísimo accidente de coche que estuvo a punto de acabar con su vida y constituyó un punto de inflexión en su gran exposición mediática.