La corrida número 100 de Morante tendrá que esperar, al menos, hasta el próximo sábado. Las inclemencias meteorológicas han obligado a suspender el festejo organizado este sábado en la localidad abulense de Arenas de San Pedro en la que el diestro de La Puebla iba a alternar con Emilio de Justo y Ángel Téllez en la lidia de toros de Victoriano del Río y El Pilar. La guinda del festejo la tenía que haber puesto el becerrista salmantino Marco Pérez, el mismo chico que volvió del revés la plaza de la Maestranza en el festival del Gran Poder.
Así lo anunciaba en la noche de este viernes la empresa Tauroemoción organizadora de un festejo que había despertado una enorme expectación en torno a la cifra redonda que cumplía el diestro cigarrero. El comunicado justificaba la suspensión en el mal estado del ruedo por las lluvias caídas en la zona y en la previsión de los fuertes chubascos que aún estaban por venir. “Nos ha dolido tomar esta decisión por la enorme expectación e ilusión que había despertado este festejo entre los aficionados” señala el documento publicado por la empresa que comanda Alberto García que se ha comprometido a organizar un evento “de primer nivel” para los primeros meses de 2023.
Morante, por su parte, aún guarda un as en la manga para cumplir el reto de torear un centenar de corridas en una misma temporada para hacer su homenaje particular a Joselito El Gallo, primer matador de la historia que rebasó la mitificada cifra. Será, previsiblemente, el próximo sábado en la localidad gaditana de Ubrique alternando con el rejoneador Andrés Romero y el diestro sevillano Pablo Aguado para lidiar una corrida de Carlos Núñez. Romero ha entrado en el cartel en las últimas horas en sustitución de Alfonso Cadaval que convalece de una grave lesión cervical que se produjo hace una semana cuando preparaba dicho compromiso en la ganadería de Torrealta.
El diestro de La Puebla culminaría así, si no surgen mayores contratiempos, una temporada atípica en su larga trayectoria que no tendrá continuidad. Morante ha subrayado en distintas ocasiones la excepcionalidad de este reto que, más allá del homenaje personal a la figura de Gallito, ha permitido llevar la fiesta a rincones de la geografía española en los que su continuidad pendía de un hilo. El empeño, en cualquier caso, ha estado plagado de dificultades por el derrumbe del número de festejos celebrados en el primer circuito.