Toros

Las figuras no saborean la dulce corrida de La Quinta en la primera de San Isidro

10 may 2023 / 21:58 h - Actualizado: 10 may 2023 / 22:00 h.
"Toros"
  • Las figuras no saborean la dulce corrida de La Quinta en la primera de San Isidro

Las dos grandes figuras que actuaron hoy en Madrid, El Juli y Roca Rey, no llegaron a aprovechar -a «saborear»- la dulce nobleza y la clase de varios de los toros de la corrida santacolomeña de La Quinta con la que se abrió la feria de San Isidro.

Con la plaza abarrotada de un público de aluvión y en busca de diversiones simples, uno a uno fueron saliendo por los chiqueros de Las Ventas los finos cárdenos de esta ganadería poco habitual en los grandes carteles, pero que ofreció a los primeros espadas bastantes opciones para un triunfo que no llegaron a alcanzar.

Que no hubiera éxitos, a pesar de la dúctil nobleza y hasta la clase de varios de esos ejemplares, hay que achacarlo, aun con la excusa del viento que sopló de mitad de corrida en adelante, a una escasa apuesta y a ciertos desajustes en el planteamiento de sus faenas.

Por ejemplo, Roca Rey, la estrella del cartel, no pasó de darle al tercero, que repetía y se movía en línea y sin exigirle, una larga sucesión de ligeros muletazos empalmados en paralelo, empleándose menos que el animal en un trasteo efervescente y sin eco en un público que había acudido a su reclamo.

El quinto le exigió más, al menos que le enganchara con los vuelos de la muleta para descolgar con clase y recorrido, lo que el peruano acertó pocas veces a aplicar, en una faena deslavazada no tanto por el viento como porque el torero quiso manejarse con sus estándares habituales, pero nada propicios ni con la sutileza necesaria con este tipo de embestidas.

El Juli hizo que castigaran de más en el caballo a un segundo que, por eso, tendió a aplomarse pronto, solo que el madrileño aprovechó esa reducción de energías para meterse en la distancia corta y sacar desde ahí pases muy redondeados pulseando desde la pala del pitón la apagada nobleza del animal.

Escuchó así las ovaciones más fuertes de la tarde, pero no tanto como para que se le pidiera trofeo alguno tras matar con tan poca contundencia como tumbó también al cuarto, de escaso celo, con el que no se aplicó más de la cuenta tal vez por las molestias del viento, aunque, cuando se entregó en un natural, el toro dejó ver su gran calidad por el pitón izquierdo.

Abrió plaza el toledano Álvaro Alarcón, que tomaba la alternativa apenas mes y medio después de que en esta misma plaza un novillo le partiera tres costillas y le hiriera en la pleura, lo que, sin duda, condicionó su actuación.

Pero para no complicarle las cosas, el toro del doctorado lo puso casi todo con su clase en una faena de escasa consistencia y plagada de intermitencias, más o menos como fue la del sexto, que pedía mucha más firmeza que la que Alarcón fue capaz de conseguir.

FICHA DE LA CORRIDA.- Seis toros de La Quinta, dispares de volumen pero todos en perfecto tipo del encaste y de fino trapío. Con más o menos matices, en conjunto ofrecieron muchas opciones por su dulce nobleza, cuando no por la clase y la profundidad de sus embestidas a la muleta.

El Juli, de plomo y oro: pinchazo hondo trasero y descabello (ovación); estocada trasera desprendida (silencio).

Roca Rey, de rosa y plata: pinchazo y estocada caída (silencio); pinchazo y estocada delantera (silencio).

Álvaro Alarcón, de blanco y oro, que tomaba la alternativa: media estocada tendida atravesada (ovación); estocada desprendida y dos descabellos (silencio tras aviso).

Alarcón tomó la alternativa con el toro «Cocherito», nº 27, cárdeno claro, cinqueño, de 545 kilos.

Entre las cuadrillas, Candelas y Vicente Herrera saludaron tras banderillear al sexto.

Primer festejo de la feria de San Isidro, con cartel de «no hay billetes» (22.964 espectadores), en tarde ventosa.