2016: el año de ‘Cobradiezmos’

Grandes faenas. El gran toro de Victorimo Martín -indultado por Manuel Escribano- marcó una temporada en la que brillaron las faenas reveladoras de Morante y Manzanares

31 dic 2016 / 06:43 h - Actualizado: 31 dic 2016 / 06:43 h.
"Toros","Las noticias de 2016"
  • Manuel Escribano, que qudó fuera de la mayor parte de los premios oficiales, cuajó de cabo a rabo la exigente embestida del toro ‘Cobradiezmos’. / Inma Flores
    Manuel Escribano, que qudó fuera de la mayor parte de los premios oficiales, cuajó de cabo a rabo la exigente embestida del toro ‘Cobradiezmos’. / Inma Flores
  • El diestro alicantino cuajó la faena del año en la feria de San Miguel. / Efe
    El diestro alicantino cuajó la faena del año en la feria de San Miguel. / Efe

El año toca a su fin pero la embestida de Cobradiezmos sigue marcando el hilo argumental de la temporada 2016 en la plaza de la Maestranza. Fue la primera que organizó Ramón Valencia como gerente único consiguiendo, después de firmar la paz con Morante, finiquitar los restos de aquel G-5 que condenó la excelencia de las programaciones de 2014 y 2015 en coincidencia con el definitivo desplome del abono y la mudanza del mapa humano de la propia plaza de Sevilla.

Con esos nuevos condicionantes se pudo organizar una feriade auténticas campanillas. Pero habían cambiado demasiadas cosas en los tendidos maestrantes y la presencia rutilante de las primeras figuras no se notó más allá de sus propias tardes. El abonado hadado paso a un nuevo cliente: el espectador ocasional....

El armisticio con el artista de La Puebla se selló contratando cinco tardes -cinco- en el abono. La lujosa corrida pascual quedó en el anecdotario de la plaza por el toro que se dejó vivo Morante. Hubo que esperar hasta la cuarta, con el octavo animal que tenía que matar en la Feria de Abril, para que el genio cigarrero pudiera explayarse a placer y cortara dos orejas a un boyante ejemplar de Cuvillo. Ésa fue, indiscutiblemente, la faena de mayor calado artístico del ciclo abrileño aunque el acontecimiento que marcó aquellos días de primavera y toda la temporada fue el indulto del famoso toro de Victorino que, ojo, sólo fue posible gracias a la capacidad profesional de Manuel Escribano, que iba a salir abruptamente de la guerra de la temporada después de la tremenda cornada de Alicante. En la corrida de Victorino hubo otros toros de primera nota. Uno de ellos reveló el sentido clásico de un torero murciano al que se volverá a ver con agrado en Sevilla: hablamos de Paco Ureña. Con Morante, Victorino y Escribano formó el repóquer de excelencias de aquella feria en la que Manzanares no se acercó a sus mejores registros. Tuvimos que esperar a septiembre para contemplar al alicantino en toda su dimensión. La faena al toro de Matilla levantó -literalmente- a la gente de sus asientos pero el escepticismo del sector más rigorista de la plaza limitó el premio a una ridícula oreja. Castella rompió sus maleficios esa misma tarde y rozó la Puerta del Príncipe. Y hablando del mítico arco, la salida de Padilla el Sábado de Farolillos se antoja cada vez más desdibujada. Eso sí: le convirtió en el triunfador aritmético de 2016.

Pero hay otros nombres que rescatar en la temporada que se fue: la lista puede comenzar con el concertino de Ponce ante un dulce juampedro. En ese cuadro de honor hay que incluir a Javier Jiménez, el valor más sólido de la cantera sevillana, que se ganó con creces su inclusión en San Miguel. Dentro de las figuras el momento también hay que destacar el serio papel jugado por El Juli o Talavante, que sólo quiso contratarse en Resurrección. Tampoco se puede dejar en el tintero la solidez profesional de Castaño o Rafaelillo o las ganas de ser de Garrido, confirmadas durante la temporada. Roca Rey enseñó los dientes y logró espolear El Juli, que se arreó en su presencia. También hay que anotar la disposición de Delgado, la refrescada calidad de Moral, o la solvencia de Adame. Eso sí: se esperó más de toreros como López Simón, que cortó dos orejas olvidadas en primavera o del preconizado -y espeso- Urdiales. Al resto los dejaremos en la lista de buenos propósitos antes de recordar la extensa lista de ejemplares de nota -Garcigrande, Cuvillo, Juan Pedro Domecq, Daniel Ruiz, Torrestrella, Las Ramblas, Victoriano del Río, Fuente Ymbro, Matilla y Miura- que no siempre cayeron en buenas manos. No se nos olvidan los rejones: la noticia fue que Ventura no abrió la puerta....

Las novilladas de abono no dejaron grandes titulares aunque Serna, Aguado o Álvaro Lorenzo; también Galdós, Marín y David Martín, justificaron su paso. El ciclo sin del verano lo ganó el pacense Antonio Medina. Los mejores se quedaron por el camino.