Al hilo del Real Decreto Ley 17/2020 en el que se detallan las ayudas y las medidas de apoyo al sector cultural para hacer frente al impacto económico y social del covid-19, la principal asociación de organizadores de espectáculos taurinos, ANOET, ha escrito una carta al ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, en la que consideran que el sector taurino es víctima de “una decisión por omisión tan injusta como irresponsable”. La carta, eso sí, contrasta con el tono de la nota enviada por la Fundación del Toro de Lidia, de la que se desmarca por completo, y en la que se considera que dicho decreto sí incluye la protección de los profesionales del toro. Las empresas, que ya se habían sentido agredidas por las medidas que limitan la celebración del espectáculo a un espectador cada nueve metros cuadrados a partir de la fase 3 de la “desescalada”, suman así un nuevo punto de desencuentro con el gobierno central que contrasta con el paquete de medidas concretas consensuado con el gobierno de la Junta de Andalucía para facilitar la reanudación del negocio taurino.
“Desde ANOET, como asociación patronal de industrias culturales taurinas y representante del sector de la Tauromaquia, manifestamos nuestro más rotundo disgusto y malestar por una decisión de su Ministerio de Cultura, en tanto proponente de las medidas de apoyo al sector cultural, adoptada a pesar de las solicitudes formuladas expresamente a Ud. como Ministro desde el sector taurino los días 23 de marzo y 2 de mayo pasados” detallan los promotores taurinos preguntándose las razones “propias o de terceros” que habrían llevado “a excluir de las medidas de apoyo al sector cultural a un sector que ha sufrido, al igual que todos los demás, el impacto económico fulminante derivado de la reducción de la actividad económica y social de forma temporal, de la restricción de la movilidad y de la paralización de la actividad causados por las medidas de contención adoptadas durante la crisis sanitaria”.
Los empresarios también recuerdan en esa misiva enviada al ministro que “los cosos taurinos forman parte también de los espacios culturales paralizados a que se refiere la exposición de motivos del R.D.L. 17/2020” recalcando que “los profesionales taurinos se han visto abocados como todos los otros profesionales de la cultura a una drástica pérdida de ingresos y a una situación crítica, agravada por su condición de actividad de temporada”. En este punto, ANOET denuncia ante el ministerio que “el Gobierno ha decidido a propuesta del ministerio excluir por omisión al sector taurino de las medidas de apoyo previstas para el resto de los integrados en el sector cultural” volviendo a esbozar una interrogación: “¿Por qué?”
“La decisión de excluir a la Tauromaquia de las medidas de apoyo aprobadas es una decisión tremendamente injusta y sectaria” prosigue la carta de los empresarios considerando que esta exclusión “confiere un trato desigual y preferente al resto de los sectores de la cultura respecto del sector taurino”. ANOET invoca la Constitución y toda la legislación que regula la Tauromaquia como Patrimonio Cultural antes de volver a formular nuevas preguntas: “¿Desconoce acaso el Ministerio de Cultura que la Tauromaquia forma parte del Patrimonio cultural digno de protección en todo el territorio nacional, de acuerdo con la normativa aplicable y los tratados internacionales sobre la materia? ¿Es ésta la forma en que el Gobierno se propone garantizar la conservación de la Tauromaquia y promover su enriquecimiento, de acuerdo con lo previsto en el artículo 46 de la Constitución?”.
La indignación de los empresarios sube de tono al denunciar que en la exposición de motivos de uno de los recientes decretos se había omitido que la aportación de la industria cultural de la Tauromaquia al P.I.B. en 2017 fue del 0,36% (4.500 millones de euros), es decir –apunta ANOET- “la mitad de la efectuada por los sectores de libros y prensa y audiovisual y multimedia (dentro de los cuales despliega también su efecto positivo) y más del doble de la de los sectores de Artes plásticas, Artes escénicas y Patrimonio, archivos y bibliotecas”.
La carta, extensa en la redacción y dura en el tono finaliza con nuevas preguntas y un ruego: “¿Merece la aportación de la Tauromaquia a la riqueza nacional menos atención y protección que las de los restantes sectores culturales? ¿Acaso no le importan, ni le preocupan al Ministerio, ni al Gobierno, los derechos de los trabajadores, de los profesionales y de los empresarios del sector taurino, ni los de sus familias?” Los empresarios solicitan la revocación de “la injusta e irresponsable decisión de excluir al sector taurino de las medidas de apoyo al sector cultural aprobadas, mediante su inmediata inclusión en el texto del mismo en las mismas condiciones previstas para el resto de los sectores culturales”. “No agraven la delicada situación de la Tauromaquia, cayendo en la tentación de aprovechar la trágica circunstancia que estamos atravesando, para perjudicarla aún más”, remacha la patronal taurina.