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José Tomás, en la imagen superior, volverá a vestirse de luces el 29 de junio en la Feria Real de Algeciras. / El Correo
De la orilla del Guadalquivir al Guadalete...
Morante detentará toda la atención taurina del fin de semana. El inefable diestro cigarrero ha vuelto a poner en marcha su particular caravana de los prodigios y se volverá a enfundar el traje de luces en la Feria del Caballo de Jerez. Ya saben que lo hará de la mano del veteranísimo apoderado Manolo Lozano, ese verso suelto de la histórica casa empresarial toledana, que le ha organizado una temporada de arte y ensayo en la que está obligado, de alguna manera, a convertir todas y cada una de las citas en un acontecimiento. Morante, en definitiva, vuelve sin haberse ido de verdad. Cortó por lo sano antes de concluir la temporada 2017 y comenzará la actual dejando pasar ferias como Castellón, Valencia y, sobre todo, Sevilla. Pero en la Maestranza le esperan, en doble pase, para la feria septembrina de San Miguel. Antes pasará por cosos como Valladolid, Toledo, Córdoba, Granada, Alicante, Lisboa o Antequera. Por cierto y por ahora, sin alternar con José Tomás al que se había rondado -parece que sin éxito- para sumarse a sus galas de verano. Al madrileño, ya es sabido, le gusta hacer la guerra por su cuenta y cualquier sugerencia o insinuación pública suele llevar al camino contrario. Sólo así se entiende que el anuncia de su encaje definitivo en la Feria Real de Algeciras haya llegado por sorpresa y algunas fechas antes de conocer los carteles definitivos. Morante también está incluído en el ciclo que ha organizado el empresario sevillano José María Garzón pero aunque coincidirán en la misma plaza no lo harán el mismo día. Pues eso.
José Tomás escoge la bahía de Algeciras
Dejamos las orillas del Guadalete sin movernos de la provincia de Cádiz. Ya sabemos que Tomás, el imprevisible divino de Galapagar, ha escogido el coso de Las Palomas de Algeciras para escenficar su nueva venida en carne mortal. Su última función fue en México, en la corrida coral organizada para ayudar a las víctimas de los terremotos. Pero en España no se aparecía desde la doble función de la feria de Valladolid, en septiembre de 2016. La reaparición algecireña lleva aparejada algunas novedades: Tomás alternará con Miguel Ángel Perera aunque, en honor a la verdad, no se puede hablar con propiedad de un auténtico mano a mano. Para ello tendría que haver sorteo e igualdad de oportunidades. Cada uno de los toreros se llevará sus toros bajo el brazo saltándose a piola un uso inmemorial. Tampoco sabemos donde será el siguiente bolo. Eso sí: el acontecimiento alegrará las pajarillas de fieles partidarios pero no es, ni de lejos, el revulsivo que necesita el toreo en estos tiempos de zozobras. A la empresa le vendrá bien para vender su abono. Otra historia muy distinta será el año que viene. Con el vino agriado y las rosas marchitas el asunto se ve distinto. A otro perro con ese hueso, mire usted...
Del mundial del toreo y el sitio de la novillería
La reflexión viene al hilo del resultado de la primera novillada del abono sevillano. Rocío de la Cámara lidió un encierro variado, bien presentado -con dos o tres ejemplares que deberían marcar el tipo de novillo a lidiar en Sevilla- u lo que es más importante, con un juego globalmente boyante que puso en evidencia las carencias de una terna que desaprovechó por completo la oportunidad de oro que se le presentaba. El panorama del escalafón menor es más que sombrió. David Salvador salvó los muebles pero había material para que hubieran salido a hombros los tres por el Paseo de Colón. Lo dejamos ahí y nos vamos para el Foro. Esta tarde comienza el larguísimo serial isidril, ese mundial del toreo, que concitará toda la atención durante más de un mes de toros. En Madrid siempre puede saltar la sorpresa aunque perdió hace tiempo esa facultad de convertir en figura a un torero de la noche a la mañana. Suerte a todos.