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Cornada a Marcos Linares. / Foto: Arjona - Pagés
La duda era inevitable y más que razonable: con Linares metido en la enfermería sin haber podido dar muerte a su primer enemigo... ¿A quién le van a dar el trofeo? Según iban saliendo el resto de los novillos del manso envío de Federico Molina –en los que primó lo de Domecq sobre los clásicos pelos de Villamarta- se iban reafirmando esas certezas. El discreto nivel de los otros dos finalistas –no sabemos cómo serían los que se quedaron por el camino- realzaba aún más la valiosa labor del novillero herido mientras llegaban noticias tranquilizadoras de la enfermería del coso maestrante.
La cogida había sido espeluznante, angustiosa, enhebrado en los pitones una eternidad que hizo pensar en lesiones gravísimas. Cuando el novillo soltó al chaval sangraba por el muslo derecho. Se lo llevaron a puñados hasta la antigua puerta de Despejo en la que llegaría a recibir los brindis de sus compañeros en los dos últimos novillos. El pitón del utrero, afortunadamente no había llegado a penetrar por completo y los destrozos, sin restar un ápice a su gravedad, no eran preocupantes. Este miércoles está anunciado en Madrid y dentro de un mes largo volverá a hacer el paseíllo en la Maestranza. Lo de Las Ventas será justito; nadie duda que vuelva a actuar en Sevilla después del buen sabor de boca dejado.
Foto: Arjona - Pagés
Con esos mimbres hay que alabar la coherencia del jurado, declarando a Marcos Linares triunfador de este IV Circuito de Novilladas de Andalucía que organiza la Fundación del Toro con la colaboración de la propia Junta, representada en el consejero de presidencia, Antonio Sanz, que entregó el trofeo al banderillero Joselito Rus. Se lo llevaron hasta el Viamed Santa Ángela de la Cruz donde posó tan maltrecho como sonriente. Era más que merecido.
Foto: Arjona - Pagés
Marcos Linares se había mostrado sobrado y muy por encima del tardo y reservón segundo, al que construyó una faena extensa e intensa en la que le extrajo hasta la última gota de su escasa gasolina. Pero es que al animal no le cupo otra que entregarse en la muleta del novillero de Linares que trazó una labor bien hecha y mejor dicha en la que sobresalieron naturales de excelente factura, rematados con grandes pases de pecho. También fue capaz de meterlo en la canasta por el otro lado dando hilo y estructura a una faena que iba camino de premio. Decidido a amarrar el trofeo se tiró a matar con fe siendo prendido de mala manera. No iba a importar...
Foto: Arjona - Pagés
El cartel lo había abierto El Melli, de Sanlúcar de Barrameda, que sorteó en primer lugar un boyante y completo novillo -humillaba y se rebosaba por ambos pitones- al que toreó con sincera entrega pero demasiado lejos de una calidad que demandaba otro pulso y otro trazo. Con el cuarto, un novillo manso, frenado y muy deslucido, sus esfuerzos fueron infructuosos. El percance de Marcos Linares había dejado en sus manos la lidia del sexto de la tarde –el que tenía que haber salido como quinto- un astado manso de solemnidad que campó por todos los terrenos de la plaza poniendo en apuros a los banderilleros. El bicho huyó hasta de su sombra sin querer ni ver la muleta del sanluqueño que se empleó en una faena de pura esgrima antes de cazarlo de una estocada habilidosa que no fue suficiente.
Foto: Arjona - Pagés
Ismael Martín, salmantino, lidió un tercero que humilló siempre en los capotes. Lo banderilleó con solvencia y se empleó en una larga faena en la que no siempre encontró el acople con una embestida que requería hacerle todo por abajo y con firmeza. No se libró de un susto en el colofón de un trasteo que remató con contundencia con el acero dando una vuelta al ruedo. Alterado el orden de lidia por el percance de Marcos Linares, Ismael Martín estoqueó el quinto –que tenía que haber sido sexto-, un utrero de fondo manso y muy distraído al que cuajó una labor un tanto desordenada y deslavazada que nunca logró resolver los problemas que planteaba el animal.
Ficha del festejo
Ganado: Se lidiaron seis novillos de Villamarta, bien presentados. El primero resultó noble y boyante por ambos pitones; tardo y aplomado el segundo; humilló mucho y bien el tercero; manso y vacío el cuarto; rajado el quinto y manso total y con peligro el sexto.
Novilleros: Germán Vidal 'El Melli', silencio, silencio y silencio
Marcos Linares, resultó herido por su primero sin poder darle muerte.
Ismael Martín, vuelta al ruedo tras petición y ovación
Incidencias: La plaza registró media entrada holgada en tarde primaveral. Marcos Linares fue herido por el segundo de la tarde sufriendo “herida por asta de toro a nivel de triángulo de Scarpa en MID, con una trayectoria ascendente de 5-6 cm que penetra fascia músculo sartorio, contundiendo arteria femoral superficial, con hematoma advendicicial y espasmo secundario” según el parte firmado por el doctor Octavio Mulet que calificó el percance como “grave”.