Observatorio taurino: Y Matilla habló...

Ha sido la comidilla taurina de los últimos días. Y lo sigue siendo. La sorpresiva retirada de Alejandro Talavante y las versiones interesadas que la han rodeado provocaron la salida a la palestra de un personaje que, como el emperador de Japón tras la bomba atómica de 1945, casi nunca había dicho esta boca es mía. El asunto sigue trayendo cola.

29 oct 2018 / 12:47 h - Actualizado: 29 oct 2018 / 13:08 h.
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  • Alejandro Talavante en su faena con la muleta durante la tercera corrida de la Feria de Almería. / EFE
    Alejandro Talavante en su faena con la muleta durante la tercera corrida de la Feria de Almería. / EFE

“Quería ganar más que el que más...”

Ya han hablado casi todos pero aún queda el definitivo protagonista, que no ha salido de su incipiente retiro para afirmar, discutir o desmentir las declaraciones de su ex apoderado, que –en cualquier caso- le colocan en una situación más o menos delicada. Nada que no sepan.

La espantada del diestro extremeño al concluir su último contrato en Zaragoza estuvo seguida de un despliegue de firmas más o menos afines a su causa. Pero fue el polémico reportaje publicado por Javier Negre en El Mundo el que terminó de destapar la caja de los truenos hasta provocar la salida de Toño Matilla de su refugio charro para proclamar urbi et orbi su inocencia en el enojoso asunto.

El comunicado del apoderado, ganadero y empresario salmantino se emitió el 23 de octubre y se fechó en Madrid. Entre otras perlas señalaba que el matador extremeño quería ganar “más que el que más” confirmando lo que ya se sabía: la ruptura era cuestión de pasta. Nada más.

Matilla negaba cualquier intento de boicot en la carrera del ‘Tala’ a la vez que aclaraba que el divorcio llegó después de que el extremeño pidiera una considerable subida en sus honorarios que se adecuara a su presunta –y más que discutible- posición de “número uno”. El propio apoderado puso en solfa esa pretendida primacía aludiendo al tibio poder taquillero del torero.

Hay más perlas, que conviene desmenuzar leyendo íntegramente el comunicado. Pero, más allá de las declaraciones oficialista, han trascendido otros datos que dejamos ahí como lo que son: rumores. Se dice que la auténtica obsesión del torero era igualarse en caché con Manzanares, verdadero mascarón de proa de la escudería torera de los Matilla que, con Morante a la cabeza de sus carteles, refuerza su papel de fontanero de todas las ferias de la geografía taurina.

Simon says...

El inefable productor francés, actual empresario de la plaza de Las Ventas, no tardó en acudir en ayuda de Matilla añadiendo otros datos que seguían desmontando el relato victimista que habían trazado los escribanos de cámara del torero pacense.

Ya saben que Casas logró meter a Talavante en el famoso bombo de otoño. Les interesaba a ambos. El empresario conseguía así dar cierto lustre a un invento que el torero, a su vez, pretendía convertir en trampolín definitivo de su asalto al oro de Moscú. Pero ganó la banca, aplazando ‘sine die’ esas astronómicas aspiraciones dinerarias y precipitando, de paso, la radical decisión de cortar por lo sano. No sabemos hasta cuando...

Pero no se vayan, que aún hay más. El gestor de Las Ventas, que volvía a negar cualquier intento de boicot por parte de Matilla en torno a la carrera de Talavante, lanzaba un dardo envenenado aportando números contantes y sonantes: fue Matilla, precisamente, el que había logrado elevar en caché madrileño del torero, pasando os 160.000 euros que facturaba con Manolito Chopera a los 240.000 que le acabó aflojando el propio Casas –según versión propia- en sus últimos bolos venteños, tanto en San Isidro como en Otoño.

Los problemas del negocio

Pero Casas quería ir más allá, aprovechando que el Guadiana pasa por Badajoz. Corroboró otras declaraciones de Matilla, como el ajuste a tres tardes del torero pacense para la próxima Feria de San Isidro pero lo que pretendía, en definitiva, era aprovechar el lance para denunciar algunas taras del negocio taurino. Y es que las cuentas no salen.

Al desvelar el caché de Talavante –“eso es justamente lo que ganan las máximas figuras”- estaba señalando con el dedo a la primera fila del escalafón de los matadores. Hablando en plata: tres ilustres juntos en un cartel de Madrid –atendiendo a los datos ofrecidos por el propio Simón- rebasan de largo el taquillaje de la plaza pese a las más de 20.000 localidades que afora.

Está claro que no se cobra lo que se genera pero eso ya se sabe desde hace tiempo. Lo que no dijo el ‘productor’ es que esos altísimos honorarios se sufragan a costa de contratar a una ancha tropa de matadores prácticamente por los gastos. Ésa es la gran tragedia de este negocio: se gana dinero a media plaza, con toreros del montón y espectáculos mediocres.

¿Se pierde en las grandes citas? Pues parece ser que sí, con el agravante de las caídas de los abonos que soportaban esa economía invertida en los tiempos de vino y rosas. ¿Están los toreros fuera de la realidad económica del toro? Juzguen ustedes mismos.

Algunos rebañan su alto caché sabiendo lo poco que les queda en el convento por imperativo de la edad. Y Talavante se ha enredado en ese bucle meláncolico, víctima de sí mismo y de sus propias limitaciones, que las tiene. ¿Número uno? Sí lo hay. Es joven, ambicioso y está lejos de su propio techo. Vino del Perú y podría empezar a pedir lo suyo. Y se lo van a tener que dar.

Caso es que el Tala quería ganar más lo de manzanares

¿Hay un sistema? Talavante, y algunos otros, navegan fuera de la realidad rebañando un caché que ya no se ajusta a la realidad de la economía del toro.