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Manuel Benítez, a hombros de Finito de Córdoba, en abril de 2015. Fue la última tarde que toreó en público. / EFE
El mundillo taurino sevillano se encuentra a pleno rendimiento en el plano de actos, presentaciones, encuentros, entregas de premios... También hay movimientos ya de veedores por los campos. El elenco ganadero de la temporada 2022 –destinada a recuperar la verdadera normalidad con permiso de esa sexta ola que ya barre Europa- toma la primera forma. Tampoco es aventurado pensar que ya se habrán producido los primeros movimientos en la gestación de esa Feria de Abril que los Pagés, tradicionalmente, comienzan a montar después de los Reyes Magos. Pero es que todo huele ya a Navidad, con esa ampliación y santificación de las vísperas que nos arrebata el disfrute de la auténtica cotidianidad.
Pero vamos a bajarnos de las ramas. Habíamos mencionado el amplio calendario de actividades taurinas que se está desarrollando en este otoño de transición. Sin ir más lejos, el pasado jueves se presentó en la impresionante casa de hermandad de San Bernardo el libro ‘El toro charro, orgullo de Salamanca’ del tratadista Vicente Sánchez López. El acto, interesantísimo, estuvo presentado por el crítico y escritor Carlos Crivell y apadrinado por la Tertulia Taurina Puerta Carmona.
Pedro Casado, su presidente, aprovechó que el Tormes se mezcla con el Guadalquivir para anunciar otros actos catalizados por la misma entidad: el próximo lunes, día 22 de diciembre, se presenta en Cajasol un documental sobre la figura de Gallito titulado ‘Joselito El Gallo, el torero sabio’ que está producido por Ilustrágora y del que ya le daremos cumplida información. Finalmente, el día 3 de diciembre, los ‘puertacarmona’ entregarán sus premios anuales, correspondientes a la pasada Feria de San Miguel. Fueron fallados en su momento pero quedaron en el tintero: los galardonados son el diestro riojano Diego Urdiales, como autor de la mejor faena y el astado ‘Cuajadito’, de la ganadería de Miura y lidiado por Manuel Escribano como mejor toro del pasado ciclo otoñal.
Rescoldos de los premios de ‘Carrusel Taurino’
Pero la parafernalia taurina de estos días no estaría completa sin recordar el cuidado acto, también celebrado en Cajasol, que organizaron los compañeros de Carrusel Taurino para entregar sus reconocimientos anuales bajo la batuta de Juan Ramón Romero, la voz taurina de Canal Sur Radio. Habían quedado sin entregar –cosas del covid- los de las ediciones de 2019 y 2020 en su fecha habitual. Asistió José María Manzanares y faltaron Ponce y El Cordobés, que más que nunca brillaron por su ausencia.
El valenciano no deja de ser noticia extrataurina por su relación con la joven almeriense Ana Soria. También por esa inesperada retirada que le llevó a cortar en vísperas del último día de San Pedro, fecha en la que debía haber toreado en Burgos. Pero el diestro de Chiva no parece estar dispuesto a volver a enfundarse en sedas y oros en 2022. Algunas empresas ya le han tocado con la intención de anunciarlo en las primeras ferias de la temporada pero la respuesta, afirma su entorno, por ahora es no.
Benítez: “Quiero torear”
¿Qué le podemos contar del huracán Benítez? El V Califa, sin estar presente en la vieja Audiencia de Sevilla, logró concitar toda la atención a través de un vídeo de agradecimiento: Genio y figura de uno de los iconos más inconfundibles de la España del siglo XX. Días atrás había asegurado que estaba dispuesto a torear a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer en la plaza de Córdoba. Se trata de un festival que vivió años de vino y rosas con el respaldo de cierta entidad financiera que acostumbró a miles de cordobeses a sentarse en los tendidos sin pasar por la taquilla. Mal asunto... El propio Manuel Benítez había sacado puntualmente al famoso festival de su propia decadencia formando un verdadero lío en la edición de 2014. El Benítez arrasó con todo, cuajando de cabo a rabo a un importante ejemplar de Garcigrande que le sirvió para enseñar a los más jóvenes porqué es uno de los más grandes de la historia.
¿Podremos volver a verlos hacer el paseíllo de nuevo en 2022? Su hijo Manuel Díaz no ha tardado en coger en onda metiendo a su hermano Julio en el mismo envite al ofrecerse a compartir cartel. Lo dejaremos en el terreno de la anécdota y de cierto oportunismo. Pero, ojo, lo de Manuel Benítez, dicen, no es ninguna bravata. El asunto se podría estar moviendo y, eso es seguro, se está considerando en ciertos cenáculos sin que Benítez haya retirado el órdago. La edad del viejo califa juega en contra: el ciclón de Palma del Río contaba 77 años la última vez que toreó en público y ya acumula 85 primaveras. El hándicap radica en asumir la responsabilidad de anunciarle. Todo es posible aún.
Cartel del documental del Faraón de Camas presentado el pasado sábado en el festival de cine de Sevilla.
Maestro del tiempo
Ha sido el último acontecimiento taurino –y social- de los últimos días. El Lope de Vega acogió el pasado sábado el estreno del brillante documental ‘Curro Romero, maestro del tiempo’ dentro de la programación del XVIII Festival de Cine de Sevilla. El trabajo está dirigido por Curro Sánchez Varela –hijo de Paco de Lucía- y producido por José Carlos Conde, Alberto García Reyes y Pedro Pérez ‘Chicote’. El centro de la filmación, lógica e indiscutiblemente, lo ocupa el propio Curro, rodado en calma y paz en los salones de El Castillo, la finca serrana de Gabriel Rojas, sobrino de su amigo Gabriel, el mismo que criaba aquellos toros que tanto gustaban al camero. No hay que olvidar que Curro está inmortalizado en bronce junto a la plaza de toros en el célebre desplante al toro ‘Flautino’ que inmortalizó la cámara de Agustín Arjona.
Pero Curro –sencillez y naturalidad- trasciende hasta de ese poscurrismo que merecería su propio análisis. El Faraón de Camas embelesa y cautiva con su propia concepción de la vida, del toreo, de los sentimientos y hasta de esa fugacidad del tiempo que parece quemarle el alma. Es él y sólo él –presente en la proyección del sábado- el que justifica un largo metraje en el que habría merecido la pena profundizar algunas intervenciones, especialmente de los más cercanos e íntimos en aquellos años –los que cimentaron su verdadera leyenda- en los que nadie sabía de dónde venía ni a dónde iba Curro Romero. También se echa algo de menos cierta sincronía de las imágenes taurinas con el devenir cronológico de los acontecimientos pero el resultado es más que notable. La larguísima ovación que saludó el final de la proyección se solapó después con otra, quizá más larga aún, dedicada al propio Curro Romero que ha logrado trascender a su propia realidad para convertirse en una leyenda viva. Larga vida al Faraón.