Observatorio taurino

Rescoldos de Gallito y ninguneo gubernamental

Los profesionales del toreo han quedado excluidos de las ayudas a los artistas y gentes del espectáculo pero en estos días se habló más –y mejor- del centenario de Joselito

18 may 2020 / 13:33 h - Actualizado: 18 may 2020 / 13:37 h.
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Toreros apestados

La preocupación del sector taurino, definitivamente cautivo y desarmado, ha crecido en estos días. El campanazo más resonante se pegó en el mismísimo senado. El señor vicepresidente segundo del gobierno de este país –el ínclito Pablo Iglesias- comparecía en no sé qué comisión que en este momento no interesa demasiado. El llamado marqués de Galapagar se despachó a gusto: “Me incomoda enormemente que se reivindiquen como cultura los toros”, espetó el líder morado. No hace falta decir que el sumo sacerdote podemita se pasó por el forro de la coleta la legislación vigente, el orden constitucional y hasta aquella famosa iniciativa legislativa popular –el logro más importante del sector en toda su historia- que consiguió que la Tauromaquia fuera considerada patrimonio cultural de todos los españoles. El asunto trajo cola pero trascendió mucho menos que otras políticas de hechos consumados: los profesionales del toro se habían considerado incluidos –no sabemos si de manera un tanto ingenua- en el paquete de ayudas puesta en marcha por el Ministerio de Cultura para paliar la precaria situación de los artistas, condición que tienen reconocidos los toreros por reiterada jurisprudencia. Pues bien, las sucesivas peticiones de esas ayudas cursadas por la gente de coleta han sido reiteradamente rechazadas por el SEPE. Las siniestras instrucciones emanadas desde arriba sólo certifican una cosa: el mundo del toreo está apestado para este gobierno sectario que predica lo contrario de lo que practica. Los toreros, repetimos, han pecado de ingenuidad, tal y como traslucían algunos comunicados anteriores que sólo sirvieron para enarcar las cejas. Pero tienen todo el derecho del mundo a sentirse engañados y traicionados después de mostrar infinita prudencia y paciencia –es lo que se les había pedido desde el ministerio- en espera de esas ayudas que no llegan. En el toreo hay un puñado corto de millonarios pero la inmensa mayoría de profesionales conforman un proletariado que se viste de luces y empieza a pasar las de Caín. Con este panorama, la reciente reunión de la Unión de Criadores con el traído y llevado ministerio huele a tiempo perdido y se pierde en el farragoso envío de comunicados con ésta o aquélla reivindicación mientras el negocio ya se da por perdido definitivamente en 2020. Mucho más contundente –y necesaria- ha sido la carta escrita y abierta por Victorino Martín. Se trataba de responder al señor Iglesias que ha hecho del estado de alarma un sayo a medida para ir colando su ajada mercancía de miseria y comunismo. Victorino, en su calidad de presidente de la Fundación del Toro de Lidia, ha respondido con contundencia y brillantez al mozo de la coleta recordándole que la cultura no se puede moldear al gusto del poder.

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Centenario de Gallito

La Semana Santa que no fue se dejó atrás un pequeño, casi desconocido y hermoso capítulo que quedó por escribir. Es esa peculiar ‘levantá’ dedicda –convertida ya en pequeña tradición- el paso de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia de la cofradía de la Macarena a su paso por la Alameda de Hércules. El destinatario del martillazo no es otro que el propio Gallito, que hizo de su casa en la Alameda el centro de operaciones de todo el toreo en su breve reinado. Son esas pequeñas historias –reveladas a este escriba por los costaleros macarenos Antonio Álvarez-Dardet y David Medina- que refuerzan los hilos que unen los mundos de las cofradías y el toreo. Pero José sí recibió el pasado sábado los rezos de sus hermanos en la emocionante eucaristía que enfatizó su faceta de cristiano convencido y hermano comprometido. La Virgen de la Esperanza lucía esas piezas maestras de su atavío que no se pueden separar de la mejor memoria del torero caído en Talavera: son las mariquillas de cristal de roca que José adquirió en París; la corona de oro que se sufragó en parte con la novillada toreada en solitario en agosto de 1912 y, de una manera especial, la pluma de oro de Pabón que simboliza el capítulo más hermoso de esta historia. Había una novedad imperceptible que se ha unido al joyero de la Virgen: un precioso camafeo con la imagen de Joselito que ha donado un hermano anónimo.

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Fidelidades

Pese a las restricciones impuestas por la expansión del covid-19, la corporación de San Gil mantiene su decidida reivindicación de la memoria de Joselito junto a la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de la Hispalense. Ambas entidades siguen esperando el momento adecuado para recuperar el rico programa de actos que interrumpió el estado de alarma. Llegados a este punto hay que felicitar al joven y activo Círculo Taurino ‘Puerta Carmona’ que abanderó la ofrenda floral en la única puerta que aún se conserva de la efímera plaza Monumental alentada por Joselito. Las flores fueron trasladadas después hasta el impresionante mausoleo de Mariano Benlliure, en el cementerio de San Fernando. Se unieron a las que ya había depositado la Macarena en la mañana del día 16. Ese mismo día, la tumba recibió la visita de un torero que venera de una manera especial la memoria de José Gómez Ortega. Hablamos de Morante –no podía ser otro- que envolvió su ramo con una cinta con los colores de la bandera de España en la que rezaba: Gracias, maestro.

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