Toros

Tendido Cero evoca la figura de Chicuelo en el centenario de su alternativa

El programa de ‘La 2’ de Televisión Española dedica este sábado un especial al mítico torero de la Alameda de Hércules con la participación de sus familiares y periodistas especializados

27 sep 2019 / 10:46 h - Actualizado: 27 sep 2019 / 10:53 h.
"Toros"
  • Belmonte da la alternativa a Chicuelo en la Maestranza ahora hace un siglo. / El Correo
    Belmonte da la alternativa a Chicuelo en la Maestranza ahora hace un siglo. / El Correo

Este sábado se cumplen cien años de la alternativa de Manuel Jiménez ‘Chicuelo’, uno de los toreros claves en la evolución del toreo. Con ese motivo ‘Tendido Cero’ dedica un reportaje-documental centrado en su vida y transcendencia. En el mismo intervienen descendientes del torero, escritores y periodistas que han estudiado su figura y el legado que dejó como padre de un concepto de faena que llega hasta nuestros días. El especial incluye, además, la participación del periodista e investigador taurino Álvaro Rodríguez del Moral, responsable de la información taurina en El Correo de Andalucía, medio que ha abanderado la reivindicación histórica del genial diestro sevillano en los últimos años.

Su huella, México, el toro ‘Corchaito’, su influencia en Manolete, su personalidad o la dinastía de los ‘Chicuelo’ son algunos de los epígrafes de este trabajo para el que se han recuperado documentos excepcionales, como el único testimonio que queda hablado del torero de La Alameda de Hércules o las contadas imágenes toreando recogidas a finales de los años veinte y primeros de los treinta del siglo pasado.

Este trabajo se incluye dentro de una nueva edición del programa cuya actualidad se centra en la feria de Logroño y en otro reportaje en una faceta poco conocida de Diego Urdiales enfocada a transmitir los valores del toreo a niños y jóvenes. Tendido Cero se emite los sábados a partir de las 13.50 horas en la 2, en distintos horarios por Canal Internacional y está disponible en la página web de RTVE.

La importancia de un centenario

Manuel Jiménez ‘Chicuelo’, hijo del matador del mismo nombre y apodo, nació en la trianera calle Betis el 15 de abril de 1902 aunque pronto cambiaría de orilla. En 1917 ya había debutado como novillero y dos años después recibe esa alternativa en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Pero para entender la figura y la trascendencia taurina del diestro de la Alameda de Hércules hay que retroceder a la figura de Gallito, máxima figura en la segunda década del siglo XX y verdadero inspirador de los nuevos avances técnicos que iba a experimentar el toreo a partir de esos años fundamentales.

Joselito –o Gallito- ya había esbozado el toreo ligado en redondo que Chicuelo acabaría estructurando en series o estrofas de ritmo y estructura musical, encadenando o ligando los muletazos por el mismo pitón. Pero ése era aún el toreo por llegar, tal y como confirma la visión de un analista, Nestor Luján, afirmando que “Chicuelo es el creador del ritmo de torear moderno, del encadenamiento suave y fluente de las faenas...”

Pero la escenificación definitiva del nuevo concepto tendría que esperar hasta el 24 de mayo de 1928 en la antigua plaza de toros de Madrid. Chicuelo se había anunciado aquella tarde para estoquear una corrida de Graciliano Pérez Tabernero junto a Cagancho y Vicente Barrera, que confirmaba la alternativa. El tercero de la tarde, llamado ‘Corchaíto’, permitió al diestro sevillano enhebrarse a su embestida en una faena iniciática de ritmo e intensidad crecientes que alcanzó su cénit en los últimos naturales, ligados en un palmo de terreno en medio del delirio del público que pidió las orejas antes de que el torero llegara a montar la espada. Chicuelo pinchó dos veces y acertó a agarrar una estocada corta pero cortó dos trofeos. Más allá del premio, la gente tenía la sensación de haber asistido a una auténtica revelación.

Federico M. Alcázar, crítico de El Imparcial, publicaría al día siguiente que aquella faena había sido “la obra de arte más grandiosa, más excelsa, más genial que se ha hecho en el toreo”. Gregorio Corrochano, el cronista de ABC, se mostró menos receptivo con el acontecimiento pero acabaría tomando nota de la dimensión de la obra de Chicuelo, que había rebasado por completo su severo juicio. Corrochano supo revalorizar lo que había visto en la crónica de una corrida posterior en la que ni siquiera toreaba el diestro sevillano. Afirmaba, después de un largo circunloquio, que la estela de la faena de Manuel Jiménez permanecía viva “porque levantó en medio de la plaza de Madrid un monumento al olvidado pase natural”. Más allá de la apreciación de los distintos críticos se había impuesto la intuición del público advirtiendo que el toreo tomaba otro rumbo.

¿Cuál había sido la innovación de Chicuelo? Su hijo Rafael Jiménez, también matador, recuerda que su padre ya había logrado esa ligazón con el toro mexicano entre 1924 y 1927. Pero es ‘Corchaíto’, un animal que preconiza la embestida moderna, el que abre un camino por el que transitarían el resto de los toreros. “El toro se salía en los vuelos de la muleta y a mi padre le bastó con dejársela muerta para ligar los muletazos girando sobre sus talones” refiere Rafael. Es el mismo concepto que, con otra expresión bien distinta, acabaría germinando en otro torero fundamental como Manuel Rodríguez ‘Manolete’, definitivo arquitecto del toreo moderno al que el propio Chicuelo concedería la alternativa el 2 de julio de 1939 en la plaza de la Maestranza.

Manuel Jiménez, con más de tres décadas de alternativa a sus espaldas también sobreviviría taurinamente a Manolete después de vivir tres épocas distintas y fundamentales del toreo: el final de la Edad de Oro, la Edad de Plata y los años del ‘manoletismo’. Chicuelo se mantuvo en activo hasta 1951 –se despidió en Utrera el 1 de noviembre de aquel año- y falleció en Sevilla el 31 de octubre de 1967.