Novilladas de promoción en la Maestranza

Una oreja en medio de un festejo intrascendente

El novillero sanluqueño El Melli se llevó el único trofeo de la noche gracias a su encomiable entrega. Lalo de María quedó un punto inédito y Joselito Sánchez no debió estar ni anunciado

24 jun 2022 / 09:39 h - Actualizado: 24 jun 2022 / 09:42 h.
"Novilladas de promoción en la Maestranza"
  • Galería de fotos de Antonio de los Reyes-Pagés
    Galería de fotos de Antonio de los Reyes-Pagés
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente
  • Una oreja en medio de un festejo intrascendente

Al calendario de novilladas picadas sólo le queda un capítulo. Este jueves se consumó el penúltimo en una atípica –por fresca- noche de San Juan que atrajo a los tendidos de la plaza de la Maestranza a un público variopinto que aparentaba media entrada. Fue, a la postre, otro festejo intrascendente apenas restañado por la entrega novilleril de El Melli, el único de los actuantes que buscó con ahínco el triunfo para no pasar en blanco por la plaza de la Maestranza. Fue un festejo, en definitiva, en el que también decepcionaron de largo los novillos presentados por la vacada de Torrehandilla.

No lo tuvo nada fácil con el ejemplar que saltó en primer lugar que anticipó en su salida abanta y distraída la absoluta mansedumbre que desarrollaría después. Pero el caso es que el animal tomaba los vuelos del capote con cierta calidad y el novillero sanluqueño lo había recibido con lances a la verónica muy bien trazados. La cosa empezó a estropearse y eternizarse en el caballo. No quería peto, ni palo ni jaco, volviendo grupas antes del embroque. Lalo de María se emperró en un quite que acabó en una feísima voltereta. Tampoco tenía demasiada justificación la réplica de El Melli mientras corría el reloj y se ampliaban los defectos de un animal que persiguió al banderillero David Álvarez golpeándole la pierna contra las tablas. El clarinazo definitivo sólo iba a ser el anticipo de la huida absoluta del animal al que hubo que perseguir por todos los rincones para meterle la espada.

Afortunadamente tuvo muchas más opciones con el cuarto, al que recibió con dos largas en el tercio antes de volver a brillar con el percal por el palo de la verónica y en el galleo por chicuelinas que sirvió para ponerlo en suerte. No faltó el derribo del penco y cierto picantito en el novillo que sirvió para imprimir ritmo y vibración a las dos primeras tandas de su faena. Pero el bicho no podía durar mucho y el asunto se antojaba –Antoñete dixit- pronto y en la mano. Pero El Melli se empleó en una faena variada, animosa y entregada, un punto discontinua y deslavazada, que sí tuvo una virtud: mantener el interés del público y cierta tensión argumental para cortar una oreja después de una estocada suficiente.

Lalo de María, repuesto del palizón del toro anterior, se enfrentó a un utrero blando, el segundo, al que le costaba un mundo seguir el engaño embistiendo siempre a trompicones. El francés no perdió la compostura pero tampoco llegó a concretar nada. Sí logró mostrar mínimamente su mejor concepto con el espectacular albahío que hizo quinto, enseñando que sabe torear en dos sedosos naturales que no tuvieron continuidad. Cuando quiso pasarlo para el de pecho el novillo, que no se había movido mal, volvió a echarle mano volteándole sin la aparatosidad del porrazo anterior. Fue un antes y un después: cambió radicalmente su comportamiento, echó el freno y se desengañó por completo. A partir de ahí fue imposible.

Cerraba el cartel Joselito Sánchez, de Morón de la Frontera, que estrelló su verdor profesional y una absoluta falta de recursos con sus dos enemigos, con los que no se puso de verdad ni una vez. Sin reposo alguno, a merced de los elementos y absolutamente despavorido, había que frotarse los ojos para comprobar que se trataba del mismo chico que cortó dos orejas en la novillada benéfica que cerró la temporada 2021 el pasado 12 de octubre. “¡Estate quieto, José!”, le llegaron a gritar desde del tendido. Pero era imposible. No debió estar puesto en Sevilla. Le hicieron un flaco favor anunciándolo.

FICHA DEL FESTEJO

Ganado: Se lidiaron seis novillos de Torrehandilla, bien presentados. El primero fue absolutamente manso; blando y sin opciones el segundo; se movió siempre el tercero; de más a menos el cuarto; el quinto se movió bien pero se desengañó a mitad de faena; el sexto quedó inédito.

Novilleros: Germán Vidal 'El Melli', de crema y oro, silencio tras aviso y oreja

Lalo de María, de tabaco y oro, silencio y ovación

Joselito Sánchez, de nazareno y oro, silencio y silencio

Incidencias: La plaza registró casi media entrada en tarde noche muy fresca. Se guardó un minuto de silencio en memoria del diestro zamorano Andrés Vázquez, recientemente fallecido.