Las polémicas declaraciones de Pablo Iglesias en la comisión de Derechos Sociales del Senado en torno a la Tauromaquia provocaron un inmediato tsunami en el ámbito taurino. Iglesias afirmaba que le incomodaba “enormemente” que “se reivindique como cultura los toros” insinuando que su continuidad tendría que depender de un referéndum entre los españoles. La réplica de Victorino Martín, presidente de la Fundación del Toro de Lidia no se ha hecho esperar en forma de carta abierta dirigida al vicepresidente. “Vemos consternados que una vez más vuelve a amenazar con la censura cultural a los toros” comienza Victorino Martín apuntando que, aunque el ataque no es nuevo “esta vez lo hace como miembro del Gobierno de España y además en sede parlamentaria”.
“Nosotros no reivindicamos que seamos una práctica cultural. Nosotros somos una práctica cultural. Punto”, afirma rotundo Victorino recordándole al vicepresidente segundo del gobierno que no se trata de la primera carta que le escribe con los mismos argumentos. “Parece que es usted impermeable no solo a los argumentos jurídicos, también al estado de Derecho y la convivencia democrática” apunta el prestigioso ganadero que, en su carta, pasa a referir una serie de argumentos para rebatir la afirmación de Iglesias.
“Son los pueblos, y exclusivamente los pueblos, quienes determinan libremente qué es cultura y qué no es cultura para ellos. Solo los regímenes totalitarios se atreven a decidir, modificar, ‘mejorar’ o suprimir la cultura de un pueblo”, apunta Victorino invitando a Iglesias a que consulte en el diccionario la definición de cultura popular como “conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo salvo que no nos considere pueblo, sujetos de derecho, a los millones de personas para los que la tauromaquia, ya sea en la plaza o como festejo popular, es la manifestación más importante de nuestra cultura”. El criador invoca a la UNESCO en su Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales en la que establece que “el reconocimiento de la igual dignidad de todas las culturas y el respeto de ellas, comprendiendo las culturas pertenecientes a minorías y las de los pueblos autóctonos”, con el único límite del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales.
“El único límite que establece la UNESCO para que una expresión cultural sea admisible son los derechos humanos y libertades fundamentales, límites que desde luego la tauromaquia no transgrede” señala Victorino Martín recordando que el Tribunal Constitucional “ya ha establecido expresamente que la tauromaquia es una expresión cultural propia de los españoles y, por tanto, protegida” retando a Iglesias a respetar los pronunciamientos del alto tribunal español “ya que no parecen importarle los convenios internacionales”.
“Por todo lo anterior, y un rosario de leyes y jurisprudencia que vienen a decir lo mismo, los toros no pueden ser objeto de un referéndum, como también ha promovido en su comparecencia de ayer” advierte Victorino que hace comparaciones similares con otras expresiones culturales: “¿Le parecería razonable un referéndum sobre si se permite el teatro o la ópera?, ¿le parecería bien que se hicieran consultas para permitir o no otras manifestaciones culturales que incomoden en cada momento al poder?” interroga el criador apuntando que “los referéndums han escondido demasiadas veces en la historia imposiciones totalitarias” y calificando ese “juego” como “peligroso”.
El presidente de la Fundación del Toro de Lidia mantiene ese tono de preocupación al señalar que en los últimos meses “se han insinuado cosas que son alarmantes, como la conveniencia de censurar las redes sociales, la de censurar los medios de comunicación o la de hacerlo con la cultura taurina”. Desde ese punto vuelven las preguntas: “¿Hay algo más que tengan en mente censurar? ¿Piensan establecer, quizás, algún tipo de índice de libros prohibidos? ¿Se van a promover piras con libros con temas que le ‘incomoden enormemente’? Es más, ¿tenemos que preocuparnos los ciudadanos por tener en casa libros incómodos o seguir expresiones culturales que le incomoden a alguien?”, interroga Victorino.
El ganadero califica de “ensoñaciones totalitarias” la pretensión de Pablo Iglesias de moldear la cultura “a gusto del aparato del poder”. El ganadero recuerda que una de las obligaciones del gobierno pasa por “la promoción y la tutela del libre acceso a la cultura, a la que todos los ciudadanos tenemos derecho”. “A la cultura que le gusta y también a la cultura que no le gusta”, apostilla Victorino que aprovecha su misiva para recordar al vicepresidente del gobierno que no es “el primer representante del poder que en una ocasión u otra se ha sentido incómodos con la cultura”. El presidente de la FTL finaliza esta carta abierta espetándole a Iglesias que “la cultura no sirve para acomodar al poder, para que se sientan ustedes cómodos. Debe usted saber que la cultura no es cómoda, la cultura es libre”.