El Circo del Sol, entre la nostalgia y lo sublime (****)

El Circo del Sol representa en Sevilla su última obra, Kooza, un homenaje al circo tradicional que transita entre la nostalgia y lo sublime

17 ene 2020 / 11:40 h - Actualizado: 17 ene 2020 / 10:32 h.
"Música","Danza","Infancia","Circo","Humor","Belleza"
  • Kooza, de El Circo del Sol. / El Correo
    Kooza, de El Circo del Sol. / El Correo

De todos es sabido que la aparición de El Circo del Sol supuso una revolución del lenguaje del circo, aunque no por ello ha dejado de ser fiel a sus roles y personajes más típicos, así como al tradicional lema del “más difícil todavía”. Este nuevo montaje, con el que se proponen homenajear al circo clásico, es un claro ejemplo.

El escenario reproduce el espacio característico del circo: una pista vacía. Pero en realidad se trata de una pista mágica, de la que de vez en cuando salen algunos personajes desconcertantes, aunque bastante cómicos. Y es que, como no podía ser de otra manera tratándose de rememorar al circo de toda la vida, los payasos tienen un papel fundamental en la obra. Son los primeros en aparecer, cuando todavía ni siquiera ha comenzado el espectáculo, para interactuar con los espectadores haciéndoles partícipes de su humor blanco, repleto de gags y onomatopeyas que remiten a la figura del clown clásico. Aunque a diferencia de aquél, tal vez por aquello de dirigirse a un público universal, aquí los payasos -entre los que se encuentra el español Miguel Berlanga- no hablan. Y desde luego, a tenor por las risas del público, no les hace ninguna falta.

El maestro de ceremonias es una suerte de mago que va dando lugar, a golpe de varita, a los diferentes números circenses. Junto a él una curiosa figura, un payaso que recoge en su expresión corporal toda la ternura y la inocencia de la infancia. Aspira a ser uno más de la familia del circo y no tardará en conseguirlo, incluso llegará a coronarse. Pero antes de eso podemos disfrutar de un nutrido grupo internacional de acróbatas que, al compás de la música en directo que sale de un hermoso quiosco situado al fondo del escenario, desataron las primeras expresiones de sorpresa del patio de butacas con sus acrobacias, tan impactantes como vertiginosas. Tras ellos el vértigo cede a la belleza de toda una gama de las figuras estáticas, sumamente hermosas, que nos brindan Odgeret Bayambadori, Ninjin Altankhuyag y Sender Enkhtur, tres contorsionistas de Mongolia que parecen de goma. Y de nuevo el vértigo del movimiento invade el escenario con un número de rueda Cyr, (acrobacia con con un gran aro) a cargo del francés Ghistain Ramage, tan arriesgado como virtuoso. Al igual que el Duo Uni-Cycle de los rusos Yury Shavro y Olga Tutynina. Y todavía nos quedaba por ver a los equilibristas, que desde luego pusieron el listón del más difícil todavía tan alto como la cuerda por la que se atrevieron a correr, bailar y hasta pasear en bicicleta.

Tras tamaña demostración de arrojo y poderío técnico parecía difícil seguir sorprendiendo al espectador. Pero, tal y como ha demostrado en todos sus espectáculos el Circo del Sol siempre aspira a dar mucho más. Así, para la segunda parte todavía, además de las intervenciones de los payasos que instalaban con facilidad la carcajada en el patio de butacas, nos tenía preparados una singular pieza de danza a cargo de unos vigorosos esqueletos; las acrobacias de los colombianos Angelo Rodríguez, Ronald Solís y Jimmi Ibarra en la “rueda de la muerte” que a más de uno le encogió el estómago, y tras un impactante solo de batería a cargo del israelita Eden Behar, la ukraniana Anna Stankus nos llevó de la mano a nuestro universo infantil con el movimiento de sus hula hopps, que desplegaron un sinfín de imágenes brillantes. Y como colofón, un número de teeterboard (tablón coreano), un aparato acrobático que simula a un balacín infantil con el que los acróbatas llevaron a cabo una serie de saltos mortales absolutamente impresionantes. Cabe destacar la magnífica composición musical de Jean François Côté, que mezcla con desenfado y acierto estilos tan dispares como el pop, funk o la música tradicional india.

La ficha

Obra: Kooza
Lugar: Carpa Circo del Sol, 16 de enero
Compañía: Cirque Du Soleil ( Circo del Sol)
Texto y Dirección: David Shiner
Composición musical: Jean François Côté

Intérpretes: Gordon White, Miguel Berlanga, Michael Garner, Deng Bo Yoa, Cedrfc Belisle...
Calificación: Cuatro estrellas