Baloncesto Sevilla, historia de una cigarra

En tres décadas el Caja no exploró la posibilidad de una independencia económica suficiente que garantizara su supervivencia sin el banco

02 jun 2015 / 23:54 h - Actualizado: 03 jun 2015 / 00:25 h.
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  • Un partido en los años de bonanza en los 90 entre el Caja y el Real Madrid.
    Un partido en los años de bonanza en los 90 entre el Caja y el Real Madrid.

Si un club con tres décadas de historia, que ha competido en la élite del baloncesto nacional y europeo corre el riesgo de desaparecer de un día para otro, es que muchas cosas se han hecho mal, y no solo en una temporada. El Baloncesto Sevilla está al borde del abismo. Jefferson Capital Funding, el fondo de inversión estadounidense al que vendió Caixabank la propiedad el pasado verano, le ha podido dar el último empujón. Pero que llegara a esa posición de riesgo tiene que ver con la falta de una independencia económica suficiente que el club nunca trabajó en previsión de que, algún día, la Caja, que gestó su nacimiento en 1987, faltase. Nunca hubo un plan alternativo y sin la Caja, sin la Caixa, el club no se sostiene. «Este club no tiene sentido en la LEB, a la Caja no le interesaría». Palabras del expresidente José Antonio Parra en su etapa al frente de la entidad, que explicaba a las claras el único modelo que entendía posible. Un club que nació con buena voluntad, una voluntad política, pero artificialmente, despertando recelos entre los clubes sevillanos, a los que no supo convertir en aliados para generar el caldo de cultivo de su masa social. Como la Caja ponía el dinero, mucho dinero, y el show estaba garantizado, todo lo que en un club arraigado es prioritario (generar ingresos a través de patrocinadores, entradas, abonados, empresas asociadas, ganar peso específico en la vida de la ciudad etc) pasó a ser secundario o terciario. Un espectáculo de primer nivel regalado.

Solo tres patrocinadores aportan dinero al club

Los ingresos del Baloncesto Sevilla son muy limitados más allá del patrocinio de La Caixa, que ha vuelto a ejercer de propietario tras la espantada de Jefferson Capital. En un club que ha movido este año más de 4 millones de presupuesto, sólo tres patrocinadores (tres empresas importantes, dos de distribución de bebidas y otra de telefonía) han aportado dinero a las cuentas. El resto son acuerdos de intercambio básicamente con proveedores, que además reciben contraprestaciones como palcos de pista, que la entidad ha tratado de recuperar. En 30 años no ha habido otro sponsor principal que el banco.

Entradas: 4,7% del presupuesto

Baloncesto Sevilla desveló que en la temporada 2013-2014 sólo contó con 1.676 abonados, la cifra más baja de toda la ACB. Incompatible a todas luces con un plan de sostenibilidad en la élite. Las cifras de socios, en los años de bonanza con Caja San Fernando, nunca se hicieron públicas, pero no es descabellado pensar que nunca fueron muy superiores, porque además, las entradas gratuitas formaban parte de la cultura del club. Esta temporada más de 2.000 personas se han abonado, y la media de venta de entradas (ya no se regalaban, salvo en el tramo final de la campaña y a través de los convenios puestos en marcha con los clubes de la provincia (13) y otras entidades) por partido ha superado los 8.000 euros (6.700 hace dos años), aunque este ingreso de ticketing solo representa el 4,7% del presupuesto, cuando la media en la ACB ronda el 15%. El abono mínimo, asociado a convenios, ha pasado de 35 euros a 50 este año. Los precios medios de los más bajos de la liga.

El pabellón, hándicap para los inversores

Actualmente, el club no sólo no tiene ayudas significativas de las administraciones públicas, sino que se ha visto obligado a hacer frente a un alquiler que ha elevado los gastos. Por utilizar San Pablo, la entidad ha tenido que abonar 300.000 euros, la misma cantidad que le cuesta la cantera, para la que recibe una ayuda de alrededor de 60.000 euros de la Fundación Cajasol. La explotación del pabellón, o mejor dicho, la imposibilidad de explotarlo comercialmente, con la titularidad municipal, es otro hándicap. Disuadió, según ha podido saber este periódico, a un empresario decidido a presentar un proyecto de viabilidad interesante, dado que en su plan de negocio, a tres años, resultaba básico. Acaba de aterrizar en otro club ACB, pese a las deudas que acumula.

FAN Sport sondea el mercado

Desde hace unos meses trabaja para el club, y hasta el próximo 30 de junio, una empresa especialista en marketing deportivo, FAN Sport, que cuenta con el que fuera director comercial de Estudiantes. Esta empresa comercializa eventos como la Vuelta ciclista a España o el Madrid Open de Tenis. Junto al departamento de marketing del club, asegura haber sondeado a más de 70 empresas, algunas entre las más importantes del país, en busca de todo tipo de patrocinios, aunque sin resultados que puedan cambiar la situación angustiosa del club. Subrayan que la consolidación de un patrocinador principal requiere de tiempo, el que no tiene ahora Baloncesto Sevilla, que, en cualquier caso, lo que busca es un propietario, algo más complejo si cabe porque el compromiso es indefinido.

800.000 euros para atraer comprador

Pese a todos los déficits, el club tiene el gran punto a favor de estar saneado, de contar con 1,5 millones de la Caixa para el año que viene y el dinero que dejará Porzingis si va a la NBA.

Una plantilla nueva y poco dinero

Si finalmente se resuelve la situación económica de club a 30 de junio, la planificación deportiva entrará a escena, y lo hará teniendo que ajustarse a una doble dificultad: el presupuesto, todo hace indicar, más bajo de su historia en la ACB, y con una plantilla casi completamente nueva que construir.

Porque los actores principales del grupo que lograba la permanencia en San Sebastián y que se despedía de la afición en San Pablo ante el Joventut han acabado contrato, y un pilar como Kristaps Porzingis, que lo tiene, se marchará a la NBA o en su defecto a otro club europeo. Además, la situación económica del club requiere de su traspaso. Tampoco seguirá Willy Hernangómez, que regresará al Real Madrid para quedarse o salir hacia otro club de nivel. Berni Rodríguez y Alex Urtasun, los capitanes, también acaban, como los dos últimos en llegar, Woodside y Penney, claves en la permanencia. Y Balvin, al que el club quiso y quiere renovar, pero aunque en Sevilla no tiene un contrato precisamente bajo, sino todo lo contrario, aspira a mejorarlo, y además sus agentes quieren que inicie una etapa en otro club con mayores posibilidades.

Niko Radicevic continuará, salvo que llegue una oferta importante por él, después de que el club ejerza la opción de renovación automática, circunstancia de la que también está pendiente Derrick Byars, que en cambio, tiene pocas posibilidades de encontrar hueco en el próximo equipo. Pierre Oriola, como el joven Maksin Salash, son fijos, y habrá que ver el planteamiento con Diego Gallardo. El sevillano se ha pasado un año en blanco y necesita minutos. Dependiendo del rol que le asignen seguirá o no. Tiene un año más de contrato. El que sí está claro es el nombre del entrenador, Luis Casimiro, que tras unos días de descanso vuelve en breve a Sevilla.