Existe una idea generalizada de que la madurez se alcanza cuando se cumple la mayoría de edad, nada más lejos de la realidad. Ocurre lo mismo con el aprendizaje, este se da por finalizado cuando se obtiene un título o un certificado oficial. Nada que ver con lo que dice la Unesco; la adquisición de conocimientos, competencias y destrezas se realizan a lo largo de toda la vida.

Alcanzar la madurez implica pasar por un largo y complejo proceso que atraviesa etapas dulces y otras críticas. Posiblemente la adolescencia sea una de las más críticas, es natural y se puede manifestar con mayor o menor intensidad. Se producen cambios físicos, inseguridades, miedos y se busca insistentemente la autonomía y un espacio propio. Muchas veces, padres y madres no son capaces de entenderlo, pese a haber pasado por dicha experiencia, y critican dichas actitudes y tratan de cambiarlas forzadamente.

Charlie es muy bueno jugando al fútbol, su padre ve una oportunidad de futuro cuando un cazatalentos le ofrece un suculento contrato. Charlie tiene trece años y se está pensando si aceptar la oferta, está insatisfecho, ha nacido con cuerpo de hombre pero desde hace años se siente mujer. La confesión de sus sentimientos va a provocar un terremoto en todos los ámbitos de su vida. Mientras su madre y su hermana le ayudan a realizar la transición hacia su nueva identidad, su padre no la comprende y construye un muro en su relación.

Sus amistades se mofan y aíslan y su entorno más cercano, compañeros y compañeras de estudios lo desprecian. No entienden el cambio, piensan que se trata de un capricho y en lugar de comprenderla y empatizar con su estado, la censuran y condenan.

Rebekah Fortune que se estrena como directora, comprende y analiza la actitud del padre, la generosidad y amor de la madre, las reacciones adversas de la comunidad y sobre todo la valentía y entereza de la joven. Construye evitando el morbo y la estridencia una emotiva y coherente película, un relato duro que pone sobre el tapete cómo funciona la norma del constructo de género; un sistema tan inflexible que provoca sufrimiento, secciona vínculos familiares, rompe amistades y arrincona socialmente. Necesaria ante tantas anteojeras y tanto discurso excluyente que nos rodea.

Reino Unido 2017 97 min.Dirección: Rebekah Fortune

Intérpretes: Harry Gilby, Scot Williams, Patricia Potter, Elinor Machen-Fortune, Peter Machen

Drama. Cinéfilos del futuro