La década de los setenta fue prolífica en road movies, especialmente las que se desarrollaban en la legendaria Ruta 66. Títulos como Easy Rider, Carretera asfaltada en dos direcciones o Punto límite: Cero retrataron una generación hippy sin apenas un argumento específico y con un protagonismo mayoritario del hombre. La directora de Fish Tank parece querer dos cosas, recuperar el género en la misma línea en la que se cultivaba entonces y que el protagonismo ahora lo lleve la mujer. Un personaje de nuevo marginal y en cierto modo desarraigado que encuentra en un variopinto grupo de jóvenes descerebrados el vehículo para liberarse, disfrutar, ganar dinero y encontrar el amor. Claro que las premisas son poco convincentes; nada hace creer que alguien en esa troupe de titiriteros consiga hacer los negocios que se les supone, y las casi tres horas que empeña Arnold en contar la historia se traduce en una serie de reiteraciones y viajes a ninguna parte salvo a la desesperación de un público cada vez más desapegado del tema propuesto y sus personajes. El viaje por carretera y moteles de esa América que llamamos profunda, y la jungla que la habita – a veces literal, pues pareciera que National Geographic hubiera participado en la producción – al son de una banda sonora potente y divertida, y la presentación de una carismática y nueva belleza americana, la joven Sasha Lane, son los únicos reclamos posibles de una película larga y tediosa en la que la cámara y el montaje acaban por redondear el desaguisado. No se comprende pues qué vieron en ella para otorgarle el Premio del Jurado en Cannes.
American Honey *
Sección oficial. USA-Reino Unido 2016 163 min.Dirección: Andrea Arnold Intérpretes: Sasha Lane, Shia LaBeouf, Riley Keough, McCaul Lombardi, Will Patton, Bruce Gregory