{En una Pérgola abarrotada como pocas veces, en el corazón de la Plaza Nueva, la escritora madrileña Almudena Grandes pronunció ayer el pregón inaugural de la Feria del Libro de Sevilla. Una cita que este año está especialmente dedicada a la literatura escrita por mujeres bajo el lema Mujeres de Armas Tomar, tema que la autora de Las edades de Lulú y Los aires difíciles asumió desde el primer momento porque, aseguró que ha «reflexionado sobre esto» durante toda su vida.

«¿Qué significa ser una mujer que escribe libros?». Ésa es la pregunta que Grandes empezó planteando, consciente de que «si fuera un hombre no me preguntaría algo así», aseveró.

Recordó también a la añorada Carmen Martín Gaite, a quien un buen día le confió que «la peor discriminación que sufrimos las mujeres que escriben libros es la necesidad perenne de justificarlo todo. ¿Por qué un protagonista masculino, por qué una femenina? Carmen me dijo entonces algo muy interesante: me contó que esta necesidad constante había logrado que las mujeres fuéramos más conscientes de los límites de la escritura que los hombres», agregó.

«Se puede mirar el mundo en femenino», prosiguió la autora. «Escribir es mirar y contar lo que uno ve, y las mujeres tienen siempre una perspectiva distinta». Apoyó esta afirmación evocando El libro de Genji, de Murasaki Shikibu, tal vez la primera novela de la Historia, «y que muchas leímos porque Marguerite Yourcenar decía que era su libro favorito», dijo. «Ella no cuenta la vida de las mujeres, por el contrario asume el punto de vista masculino, el único posible en aquel momento. No es machista, como se ha dicho alguna vez, ni feminista: simplemente era el único libro que ella podía escribir».

Por suerte, las cosas cambiaron andando el tiempo hasta llegar a «la verdadera conquista de la segunda mitad del siglo XX, que es la reivindicación por parte de las mujeres de un punto de vista propio».

Perspectiva de género

«¿Tiene la escritura género? Yo creo que sí. El mundo no es exactamente el mismo cuando lo mira un hombre o una mujer. Existe un porcentaje mayoritario que sí, pero no del todo. El mundo no lo ve igual quien hace de angelito en la fiesta del colegio y quien hace de árbol», afirmó.

También incidió Grandes en el hecho de que muchos hombres se resistan a leer libros escritos por mujeres. «Yo crecí leyendo La isla del tesoro, cuyo único personaje femenino es la madre de Jim Hawkins, que ni siquiera tiene nombre; o Robinson Crusoe, donde no hay mujeres, o Moby Dick, donde la única mujer es una ballena asesina», compartió.

Para la escritora, «las mujeres de mi generación somos más interesantes que los hombres de mi generación, por un motivo: nos parecemos menos a nuestras madres que los hombres de nuestra generación a sus padres. A mí me educaron para vivir en un país que, por fortuna, cuando me hice adulta ya no existía», subrayó.

Sea como fuere, Grandes acabó lanzando un mensaje positivo sobre el momento actual, en el que «hemos conquistado un espacio real de igualdad», de modo que «hoy mis libros salen a regarse por las mesas de las librerías, en competencia con los libros de los hombres. En cuanto a reconocimiento, todavía sufrimos algunas discriminaciones. Y es verdad que ser escritora joven en España todavía tiene sus complicaciones»

Por último, Almudena Grandes declaró que «no soy partidaria de la igualdad solo en dos cosas: en la monarquía y en la Real Academia: yo suprimiría ambas, en lugar de hacer reformas», apostilló la novelista.