El diccionario de la lengua define el término resiliencia como la capacidad de un ser vivo para adaptarse a una situación adversa, aunque también se puede interpretar como la habilidad para volver al estado inicial, una vez haya pasado la adversidad. Ambas acepciones pueden ser claramente atribuidas a la danza contemporánea en nuestro país.

Lo señaló Natalia Jiménez, cuando se presentó al público como presidenta de la Asociación Andaluza de Profesionales de la Danza (PAD). Nuestros artistas y profesionales de la danza contemporánea no pretenden otra cosa que vivir del ejercicio de su profesión con plena libertad creativa. Pero para ello necesitan un apoyo, tanto institucional como empresarial y académico, que hoy en día es bastante precario. De ahí que las creaciones se sustenten en la férrea vocación y voluntad de los artistas, aunque por desgracia muchos de ellos acaban teniendo que cruzar la frontera desarrollar su carrera.

Para luchar contra todo ello la PAD organiza desde 2010 el ciclo 'Vertebración', con el apoyo del Teatro Maestranza y el INAEM, un singular espacio de encuentro entre los artistas andaluces y de otras Comunidades Autónomas que nos permite tomar el pulso de la creación actual en el terreno de la danza contemporánea y las artes del movimiento en general. De ahí la inclusión de videos-danza que se intercalan con las actuaciones en directo, como el de que abrió la sesión del pasado martes, 'L_entes', de Iris Heitzenger & Natalia Jiménez (Austria/Andalucia). Filmado en espacios al aire libre, con el público alrededor, este audiovisual se propone indagar sobre la percepción humana. Con objeto de no estorbar el inicio de la siguiente pieza de danza en directo, dicho vídeo se proyectó en el vestíbulo de la sala Manuel García, y aunque las condiciones del espacio no eran las más adecuadas (poca oscuridad) supuso un sugerente preámbulo de lo que nos deparaba la jornada.

La primera pieza de danza en directo, 'Te amaré y después...' de la creadora andaluza Susana González, es un claro ejemplo del eclecticismo que en los últimos tiempos prima en la danza contemporánea. Así, este número de pareja reflexiona sobre la inconsistencia de los sentimientos con un lenguaje dancístico impregnado de humor y teatralidad que tanto Susana Gónzalez como su partner, Patricia López Ocaña, interpretan con frescura y dominio escénico, lo que no es baladí teniendo en cuenta que se trataba de un estreno. Al igual que la siguiente pieza, 'Arjé' del Haberlas Haylas (Andalucía), otro hermoso número de pareja interpretado por las jóvenes bailarinas andaluzas María Moguer y Ro Menéndez que gira en torno a las distintas caras de la condición femenina: sensualidad, delicadeza, resistencia y fuerza... Un atributo que también está presente en la siguiente propuesta, 'Skachaikovsky', de la canaria Masu Fajardo, ejemplo también de eclecticismo, sobre todo en la banda sonora, que mezcla la música clásica con el rock para resaltar un curiosa sensación: la extrañeza. Para ello elabora una coreografía que va de las posturas clásicas del principio, a los revolcones del final con los que la bailarina, Gabriela Alonso transmite rebeldía y fuerza.

A este solo de danza le siguió otro, protagonizado de forma absoluta por Daniel Rosado, ya que se trata de una coreografía suya que él mismo interpreta. Como indica su título 'Faralaes' este solo coquetea con el flamenco hasta elaborar un subyugador diálogo con el que Rosado consigue conectar con nuestra herencia cultural y transmitir, bajo la imponente voz de Enrique Morente, un torrente de sensaciones. Esta pieza dejó el listón tan arriba que bien podría haber acabado con ella el espectáculo, pero todavía nos quedaba por disfrutar de 'Cualquier mañana', un deslumbrante vídeo de Laura Aris & Álvaro Esteban (Rusia-España) que sirvió de transición para el número de Melisa Calero, quien puso un espléndido broche final con 'Abducida', una imaginativa coreografía con la que Sara, de alguna manera, emula a las bailaoras antiguas que bailaban “sin moverse de la loseta”. De la misma manera Sara se mantiene fija en el centro del escenario, centrando el movimiento en los brazos, las manos y la cabeza bajo una música que mezcla con desenfado a Fraco Batiato, Mónica Naranjo y el flamenco, cuyo lenguaje se impone en la segunda parte para mostrarnos el proceso de creación de un baile flamenco.

A esas alturas ya habían transcurrido más de dos horas, pero se nos había pasado en un suspiro gracias a la variedad de las propuestas, cuya selección corrió a cargo del bailaor y coreógrafo Marcos Vargas, el bailarín, coreógrafo y actor, Arturo Parrilla, las coreógrafas y bailarinas Greta G. Jonsson y Elisa del Pozo y la directora de El Mes de Danza, María González.