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El Betis empieza a andar por el buen camino (1-1)

LA CRÓNICA. Mereció ganar al Celta, pero al menos se quedó un punto tras encajar un gol en el único remate de su rival entre los tres palos. Los verdiblancos, con uno más durante casi toda la segunda parte, jugaron su mejor partido de la temporada

05 dic 2015 / 23:55 h - Actualizado: 06 dic 2015 / 01:36 h.
"Real Betis","Jorge Molina"
  • Rubén Castro lamenta una de las muchas ocasiones que falló su equipo / Manuel Gómez
    Rubén Castro lamenta una de las muchas ocasiones que falló su equipo / Manuel Gómez

El Betis interrumpió al fin la racha de derrotas consecutivas en el Benito Villamarín, cuatro en total, y de hecho ofreció ante el Celta su mejor actuación de toda la temporada, pero la recompensa que obtuvo fue un solo punto. Debieron ser los tres. Su adversario, que jugó con uno menos durante casi toda la segunda parte, se adelantó en el único remate que atinó a lanzar en todo el encuentro entre los tres palos de Dani Giménez y el Betis, que lo intentó mil veces de mil maneras distintas, sólo tuvo puntería en un remate de Jorge Molina cuando los béticos ya se temían lo peor. La eficacia fue lo único que apartó a los verdiblancos del triunfo que por fútbol merecieron sí o sí.

El equipo de Pepe Mel estuvo en desventaja una hora, pero no mereció estarlo ni un solo minuto. Sin hacer una maravilla de partido hasta el descanso, fue mejor que el Celta. Y después del descanso casi hizo una maravilla de partido, así que... El conjunto de Eduardo Berizzo, aspirante a disputar la Liga de Campeones por lo visto en el primer tercio de campeonato, fue inferior y sólo se dedicó a defenderse con orden de un rival que le ganó la posesión y salir a la contra, aunque tampoco es que lo intentase con un despliegue demasiado llamativo. En realidad apenas se plantó ante Dani Giménez dos veces, pero no necesitó más. En la primera, Nolito encontró el hueco entre los dos centrales y Bongonda recogió el pase que parecía destinado a Aspas para marcar desde cerca.

Aparte del gol, un anterior error de Bruno que corrigió él mismo ante Nolito y su siguiente y última ocasión, en el 87’, el Celta rara vez traspasó el círculo en condiciones que supusieran una amenaza para el Betis. La escuadra de Mel fue mucho más incisiva. Y lo más importante, con gusto, como si fuese camino de reencontrar el fútbol que realmente gusta a su técnico, lejos de ese espíritu defensivo y austero que, por otra parte, le ha reportado la gran mayoría de sus triunfos. Esta vez fue distinto y el Betis apostó por el toque, sin prisas, con cabeza. Ya entonces empezaba a resaltar Petros, toda una fuente de oxígeno para que los buenos, léase Dani Ceballos, traten de ser protagonistas en lugar de preocuparse tanto de correr hacia atrás. En el segundo tiempo, el brasileño se salió del todo y el canterano gozó de la ayuda del resucitado Vadillo, sin olvidar a Joaquín.

El Betis fue capaz de generar cuatro ocasiones ya antes del descanso. Las dos más claras fueron casi consecutivas y frustradas por Sergio Álvarez, que se lució en un zurdazo de Cejudo y luego tapó todos los huecos a N’Diaye. Ni un minuto después de esta última opción infligió Bongonda esa herida que habría resultado mortal para el Betis de no ser por el gol de Jorge Molina.

La segunda parte comenzó con una excelente noticia para el Betis. Jonny se hizo un lío ante Petros, que lo presionó muy bien, y acabó siendo expulsado. Esa misma falta fue lanzada por Joaquín al poste. El asedio había empezado. A partir de ese punto de inflexión, el partido se desarrolló casi en exclusiva en las inmediaciones del área del Celta. Con paciencia, sin caer en la trampa de la precipitación, el Betis acosó y acosó a su enemigo. No encontraba el camino hacia sus redes, eso sí. Bruno se topó con Wass al cabecear un centro de Cejudo, Rubén tuvo el punto de mira algo desviado (en especial en un magnífico centro de Piccini que mandó fuera con el portero ya superado)... Se sucedieron los remates (27 en total, la inmensa mayoría fuera de portería), pero sólo uno entró donde debía. Lo ejecutó Jorge Molina, que se estrenó por fin y debe dar las gracias a Petros, que tuvo un segundo de sangre fría en la frontal antes de descubrir y habilitar a su compañero.

El Betis, por tanto, mereció ganar al Celta, por mucho que los celestes casi se encontrasen con un premio inesperado a última hora, en un contragolpe muy claro que desperdició Nolito. Fue la única ocasión en que los verdiblancos, un vendaval de fútbol ofensivo durante toda la segunda parte, dejaron un hueco a su oponente. El resto fue un monólogo bético. No le valió para ganar, pero sí para ser consciente de que este, sí, este, debe ser el camino.

REAL BETIS: Dani Giménez; Piccini, Bruno, Westermann (Van der Vaart, m. 75), Varela; N’Diaye (Vadillo, m. 62), Petros; Joaquín, Dani Ceballos, Cejudo (Jorge Molina, m. 55); y Rubén Castro.

RC CELTA: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Jonny, Planas; Augusto Fernández, Wass; Bongonda (Alende, m. 51), Orellana, Nolito (Guidetti, m. 87); y Aspas (Borja Fernández, m. 76).

Goles: 0-1, m. 25: Bongonda. 1-1, m. 82: Jorge Molina.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Expulsó con roja directa al visitante Jonny (48’). Amonestó a Bruno (15’), Bongonda (21’), Planas (29’), N’Diaye (33’), Hugo Mallo (35’), Petros (37’), Jorge Molina (67’), Nolito (77’) y Dani Ceballos (87’).

Incidencias: partido de la 14ª jornada de Liga, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 33.762 espectadores.