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Campbell, con una aparatosa protección en su rodilla maltrecha, hace varias semanas / Manuel Gómez
El protagonismo en la enfermería del Betis no está copado por Sanabria. El paraguayo es ahora mismo el paciente que más tiempo estará fuera del césped, pero hay otro compañero en una situación igualmente desagradable. Se trata de Joel Campbell. En la última jugada del partido en el campo del Espanyol (30 de octubre) sufrió un esguince bimaleolar con una fuerte contusión ósea en el tobillo izquierdo, pero antes venía arrastrando otras molestias derivadas de una grave lesión de menisco que tuvo en julio. El costarricense acabó siendo operado en Barcelona y el club no facilitó un pronóstico de cuánto tiempo estaría de baja, pero su convalecencia se prolongará como mínimo durante un mes más. Los médicos confían en que vuelva a jugar en enero.
El problema original de Campbell proviene del 12 de julio, cuando se rompió el menisco de la rodilla derecha en un partido de su selección contra Canadá. El atacante, de hecho, fichó lesionado por el Betis, que tenía conocimiento del incidente, como es natural. Su rehabilitación siguió los plazos previstos, pero la rodilla empezó a estorbarle ya antes de caer en el RCDE Stadium. El motivo, la cápsula articular se irritaba con cada esfuerzo y los médicos se veían obligados a extraerle líquido sinovial casi cada semana porque los derrames eran continuos. La solución final fue ponerlo en manos del cirujano porque la lesión no tenía otro arreglo posible.
En la enfermería también ha entrado Javi García, que tuvo que ser sustituido en Las Palmas por molestias en la espalda. El futbolista se levantó ayer en mejor estado que el lunes y la previsión es que llegue al partido del domingo contra el Atlético, aunque si lo hace será con el margen justo.