Gustar y/o ganar, he ahí la cuestión para el Betis de Setién

La filosofía del técnico cántabro, atractiva pero arriesgada y tendente al descontrol de los encuentros, se estrella por ahora contra dos datos fundamentales: su equipo pierde más que gana y encaja más que marca. El ritmo de derrotas, de hecho, es idéntico al de la pasada campaña

20 feb 2018 / 07:00 h - Actualizado: 20 feb 2018 / 12:25 h.
"Real Betis","Quique Setién"
  • Adán, abatido tras recibir uno de los cinco goles del Real Madrid / Manuel Gómez
    Adán, abatido tras recibir uno de los cinco goles del Real Madrid / Manuel Gómez

El partido ante el Real Madrid volvió a enseñar las dos caras tan antagónicas que está exhibiendo el Betis de Quique Setién casi desde el momento en que empezó la competición oficial. En la primera parte fue un equipo sincronizado y combinativo que acabó pasando por encima del vigente campeón de Liga. En la segunda, después de encajar un nuevo gol a balón parado, mudó de identidad y se transformó en ese conjunto frágil y vulnerable que es capaz de encajar tres tantos en un cuarto de hora y cuatro en medio partido, igual que en su día recibió cinco del Barcelona en apenas treinta minutos o cuatro del Valencia en cuarenta. El resultado de esa dicotomía, al borde ya de que concluya el segundo tercio de Liga, es una posición en mitad de la tabla y un debate recurrente e interminable sobre qué es más importante: el espectáculo que sin duda genera la concepción futbolística de su entrenador o los resultados que cosecha el equipo.

Veinticuatro jornadas después, el Betis lleva más derrotas (once) que victorias (diez) y ha encajado más goles (50) de los que ha marcado (41). El ritmo de derrotas es el mismo que la pasada temporada con Poyet y Víctor. También lleva cuatro triunfos más, obviamente. Y empata poquísimo, tres veces en lo que va de curso (4-4 en Anoeta y sendos 2-2 caseros contra el Girona y el Getafe). Quitando al Alavés, que ha firmado tablas en una sola ocasión, es el que menos partidos acaba en igualada (junto al Sevilla y Las Palmas). Esa escasa predisposición a empatar está muy relacionada con el tipo de partidos tan descontrolados que suele proponer.

La gran paradoja de este Betis bipolar es que su indudable potencial ofensivo, que lo ha llevado hasta su mejor marca goleadora del siglo XXI y una de las mejores de toda su historia en Primera, no se traduce en unos resultados a la misma altura. En otras palabras: con todos los tantos que marca, lo lógico sería que llevase algo más que diez victorias. Pero no sólo es esa la cantidad de triunfos, sino que son más las derrotas. La explicación es sencilla: ve portería con facilidad, pero encaja goles con más todavía.

El frenesí de goles a favor pierde la batalla contra la sangría de goles en contra. Eso está claro, por mucho que Setién y sus futbolistas hagan propósito de enmienda cada vez que se ven en un trance así. Hay un dato esclarecedor: los verdiblancos han marcado tres o más goles en siete ocasiones, pero sólo ganaron tres de esos partidos (4-0 al Levante, 3-5 al Sevilla y 3-2 al Leganés). Por el contrario, perdieron otros tres (3-6 con el Valencia, 3-5 con el Cádiz y 3-5 con el Real Madrid) y, en efecto, apenas empataron uno (4-4 con la Real Sociedad).

Datos que ilustran la desproporción entre lo que ocurre en su área y en el área rival hay para dar y regalar. Como el espacio es limitado, sirva de apunte básico que el Betis tiene la tercera portería más goleada de Primera, en reñida pugna con el penúltimo (Dépor, 53) y el antepenúltimo (Las Palmas, 52). O que la mayoría de precedentes peores en su recorrido por Primera hay muy pocos, la mayoría coincidentes con años de descenso a Segunda, como la 42-43 (69), la 65-66 (53) y la 13-14 (53). O que la UD Las Palmas también en manos de Setién, que acabó la pasada campaña con 74 goles en contra, llevaba sólo 36 a estas alturas; es decir, catorce menos que su Betis, a pesar de la diferencia de potencial que existe entre una y otra plantilla.

La información se podría completar con una encuesta al beticismo sobre qué piensa de la cantidad de goleadas que está viendo en el Villamarín. Sin contar el fiasco copero, ya van tres partidos en los que su equipo ha encajado cinco o más goles. Según @vintage_stats, eso es algo que antes, en toda la historia de la Liga, sólo sucedió al Lleida en la 1950-51 y al Celta en la 2003-04.

Si de buscar el equilibrio se trata, hay referentes cercanos y válidos, aunque este Betis no está construido para imitar, por ejemplo, el modelo que construyó Lorenzo Serra Ferrer para alcanzar la Champions en la 04-05, un poco menos goleador (39 tantos) pero mucho más sólido (28 en contra, 22 menos que ahora); o el que montó Juande Ramos en la 01-02: 25 a favor (16 menos)... y 21 en contra (29 menos).