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Joaquín Sánchez, en el acceso a los vestuarios del Benito Villamarín. -
Luis del Sol, Rafael Gordillo, Ángel Cuéllar y Alfonso Pérez Muñoz.
El posible regreso de Joaquín al Betis ha centrado estos días buena parte de la atención de los aficionados verdiblancos, debido a la coincidencia de la eliminatoria de la Liga Europa entre la Fiorentina –su actual equipo– y el Sevilla FC, y a las reiteradas manifestaciones del portuense expresando su deseo de volver a jugar en el Betis antes de retirarse.
A Joaquín, que en julio cumplirá 34 años, le resta una temporada de contrato con la Fiorentina, más otra opcional, y en el club toscano cobra cerca de dos millones de euros netos, una cantidad fuera del alcance del Betis, motivo por el que tanto el nuevo director deportivo, Eduardo Maciá, como el presidente, Juan Carlos Ollero, han dado prácticamente por descartada su incorporación de cara a la próxima temporada. Otra cosa sería más adelante, cuando quede libre y si el jugador acepta unas cantidades muy inferiores y acordes con la situación económica del Betis, que aun debe hacer frente a pagos millonarios para cumplir el convenio fijado en el concurso de acreedores.
La historia tampoco está a favor del retorno de Joaquín, pues en el Betis ya ha habido varios precedentes de estrellas que se marcharon en pleno fulgor y apenas brillaron cuando regresaron a casa, algunos cargados de años, como los casos de Luis del Sol y Rafa Gordillo –el único que ofreció un rendimiento aceptable, en Segunda, eso sí– o aún en plenitud, pues Ángel Cuéllar volvió con 25 años y no fue ni la sombra del que se marchó dos años antes, algo similar a lo que le ocurrió a Alfonso Pérez Muñoz tras su corto periplo en el FC Barcelona, de solo dos temporadas, como el de Cuéllar.
Luis del Sol, para muchos el mejor jugador de la historia del Betis, fue de los que subió al club verdiblanco a Primera en 1958 tras el largo periplo de quince años por los campos de Segunda y Tercera. Jugó temporada y media en la máxima categoría y a mediados de la campaña 1959/60 fue traspasado a l Real Madrid por 6,5 millones de la época, un dineral. Ganó la quinta Copa de Europa merengue y luego la Intercontinental junto a Di Stéfano, Gento, Puskas y compañía, luego fue traspasado a la Juventus, donde jugó ocho años, y de ahí a la Roma, dos temporadas más. Volvió al Betis ya con 37 años, en la 1972/73, y no pudo evitar el descenso a Segunda división a las órdenes del húngaro Ferenc Szusza, que se mantuvo en el equipo y lo subió al año siguiente, ya sin él.
Rafael Gordillo se fue del Betis al Real Madrid con 28 años –traspasado por 140 millones de pesetas– y volvió con 35. Jugó bastante en la 1992/93 y ya menos en la 1993/94 –en Segunda—, en especial tras la llegada de Lorenzo Serra Ferrer, que apenas lo alineó en nueve partidos de Liga en la campaña del regreso a Primera, la 94/95 que el Betis acabó 3º.
Esa temporada Ángel Cuéllar hizo 14 goles que le valieron para ser traspasador unos 500 millones de pesetas al FC Barcelona, donde apenas jugó 20 partidos en dos temporadas, marcando dos goles. En 1998 volvió al Betis: 35 partidos de Liga en tres años y un gol.
El último en irse y volver fue Alfonso Pérez Muñoz: tras el descenso de 2000 fue traspasado al FC Barcelona por 15 millones de euros. Allí no triunfó y su vuelta al Betis, dos años después estuvo marcada por las lesiones. Se retiró tras la Copa de 2005.
JOAQUÍN, TRASPASADO POR 25 MILLONES DE EUROS
Joaquín Sánchez debutó con el Betis en la temporada 2000/01, de la mano de Fernando Vázquez en Segunda, siendo aún juvenil. Fue una de las piezas clave del ascenso y del equipo que acabó ganando la segunda Copa del Rey en 2005, a las órdenes de Lorenzo Serra. En el verano de 2006, Lopera lo trasapasa al Valencia por 25 millones de euros. En 2011 el Valencia lo traspasó al Málaga por 4,20 millones, y los malacitanos en 2013 a la Fiorentina por 1,80 millones. Se marchó del Betis con 25 años y dentro de un par de meses cumplirá 34 años.