La clarividencia de Setién

CONTRACRÓNICA. Lo mejor del Betis en el Camp Nou estuvo en la sala de prensa, donde su entrenador fue preciso y contundente, sin exaltar más de lo necesario, como hubieran hecho otros, el buen orden defensivo de la primera media hora. Al cántabro le gusta el balón y ayer no lo vio.

21 ago 2017 / 00:40 h - Actualizado: 21 ago 2017 / 20:15 h.
"Fútbol","Primera División"
  • Joaquín, presionado por Busquets y Jordi Alba. / Efe
    Joaquín, presionado por Busquets y Jordi Alba. / Efe

El primer Betis del año no le gustó ni a Quique Setién. No será hasta el viernes, ante el Celta de Vigo en Villamarín, cuando se resuelva la incógnita que deja el partido: si el alejamiento de la idea de fútbol que sufrió el equipo verdiblanco tiene que ver sólo con el potencial del rival o es que la fase de construcción va menos avanzada de lo que se creía, o se intuía tras la pretemporada. Cierto es que Setién debe incorporar al menos tres piezas fundamentales como son Javi García, que ayer disputó sus primeros minutos, Boudebouz y Tello, todas relacionadas directamente con todo lo que Setién y el beticismo echó en falta en su equipo en Barcelona: posesión, jerarquía y criterio para jugar el balón ypara hacer daño.

No hubo sello del nuevo proyecto por casi ningún rincón, fue llamativo que un Betis que quiere ser protagonista, que quiere la pelota, se mostrase tan incapaz precisamente con el esférico, sobre el que ha girado el trabajo de toda la preparación. Al Betis le impresionó en demasía un rival que no es ni la sombra de lo que fue. Sigue siendo un gran equipo, obvio, pero no tiene ya el nivel como para que el conjunto de Heliópolis no lograra dar dos pases seguidos durante todo el encuentro, y que Ter Stegen no tuviera que intervenir en ninguna ocasión.

El conjunto de Valverde tiene, eso sí, a Leo Messi, capaz de generar por sí sólo un buen número de ocasiones. Y si, pese a la depresión que padece el Barça, tiene siempre el balón en los pies, porque lo recuperaba con demasiada facilidad y rapidez, el gol acaba llegando de una forma u otra. Fueron dos, precedidos de errores, y tres palos de Messi.

El único jugador con capacidad para agarrar la pelota y combinar fue Joaquín. El experimento con Narváez y Nahuel no le salió a Setién. Más bien lo contrario. Tampoco sería justo juzgar en términos definitivos las individualidades en ese escenario si al trabajo colectivo se le da margen. No es óbice para resaltar que deberán mejorar mucho sus prestaciones jugadores como Feddal, Camarasa, Sergio León, que tuvo la jugada que pudo cambiar el partido, y hasta Guardado. También Setién, que quiere la pelota pero priorizó, por ejemplo, a Tosca por delante de Durmisi.