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Víctor, entre Alexis y Adán, se dirige a sus jugadores durante un entrenamiento en la ciudad deportiva / Real Betis
A la espera de que Rafael Salas presente oficialmente su candidatura a la presidencia del Betis y los actuales dirigentes convoquen la correspondiente junta extraordinaria de accionistas, que por la propia salud del club debería ser lo antes posible para no hacerse daño a sí mismo en la planificación de la próxima temporada, el Betis no tiene más objetivo de aquí a que concluya la Liga que terminar una mala temporada con la máxima decencia posible y, en el mejor de los casos, alcanzar la undécima posición. Para eso debería ganar los tres partidos que le quedan y esperar una carambola de tropiezos difícilmente viable de Celta, Málaga, Valencia y Las Palmas, los equipos que tiene por delante en la clasificación. Pero su obligación es intentarlo porque, además, va a ser actor invitado en la película de la permanencia y lo mínimo que se le puede exigir es que interprete ese papel con dignidad.
El Betis visitará el próximo lunes al Leganés, cuarto por la cola con 30 puntos, y en la última jornada hará lo mismo con el Sporting, antepenúltimo con 24. Puede que a esa altura, la del partido de El Molinón, no haya nada que discutir, pero en Butarque no hay medias tintas: el partido es fundamental para el anfitrión, que necesita cuatro puntos para asegurarse de que los asturianos no lo alcanzarán ni venciendo en sus tres compromisos. «El del lunes no será un partido cualquiera. Hay musho en juego y os necesitamos a todos», advierte el propio Leganés en su anuncio del choque, que se jugará el lunes a las 20.45.
La actuación del Betis en Leganés es esperada con expectación y esperanza al otro lado del ring de este combate por la salvación. Es decir, Gijón. Igual que lo será la que tenga en El Molinón por parte de la hinchada pepinera en caso de que haya algo en juego. Pero lo primero es lo primero y la Mareona espera que el conjunto de Heliópolis vuelva a interceder a favor de los suyos, como ha hecho al menos tres veces en los veinte últimos años. Primero, con aquella derrota por 0-1 en la 96-97 que facilitó su permanencia en Primera. Mucho después, en la última jornada de la 2014-15, cuando el equipo de Pepe Mel, ya ascendido, cayó con contundencia de nuevo en su campo (0-3), lo que unido al sorprendente traspié del Girona ante el Lugo precipitó su ascenso directo a la máxima categoría. Y, por último, el año pasado, cuando el Betis, también salvado ya matemáticamente, se impuso al Getafe en la última jornada (2-1) y contribuyó a la permanencia del Sporting.
El Betis no sólo estará implicado en los últimos capítulos de la lucha por la permanencia. La del tercer puesto de la Liga también le tocará de cerca, ya que dentro de una semana y media, el domingo 14, recibirá al Atlético de Madrid en el Villamarín. La escuadra colchonera es la actual propietaria de ese puesto, que da el pase directo a la fase de grupos de la Liga de Campeones, pero su margen sobre el cuarto, el Sevilla, es de apenas tres puntos. El envite, por tanto, será clave en esa pugna. Otra cosa es que haya béticos que prefieran un mal resultado de su equipo frente a los de Simeone para así no favorecer a su eterno rival.