-
Óscar Arias, director deportivo del Sevilla. / Manuel Gómez
Óscar Arias vive su primera temporada como director deportivo del Sevilla, un cargo que siempre evoca la figura de Monchi por lo mucho que el de San Fernando dio al club. Arias trabaja para imprimir su propio sello en este año de su debut en el cargo, algo que no está siendo especialmente fácil.
«Yo no soy Monchi y no creo que deba ser mi camino. Había el hábito de que Monchi estuviese en ciertos momentos o hablase en otros. Ese era Monchi y no yo. El no actuar como él me ha penalizado por ser distinto. Me parece injusto», dice en Marca.
«Se han cuestionado muchas cosas y se han sembrado dudas. Hasta que se llega a un punto en que todo va enfocado y acaba en el mismo sitio, que soy yo. Que es quien sustituye a la leyenda del Sevilla y entra en un momento complicado, en un cambio de ciclo, cuando se producen cambios dentro del club. Es el eslabón más débil de la cadena al que se le puede cuestionar con más facilidad porque tengo menos argumentos o menos crédito», apunta.
Respecto a la temporada del equipo, Arias responde así cuando se le pregunta si sería un fracaso no clasificarse para competiciones europeas: «Yo creo que sí. El Sevilla este año tiene que aspirar a una plaza europea vía Liga. No conseguir la cuarta plaza no lo considero un fracaso, sí una decepción importante. El Sevilla ha conseguido muchas cosas en poco tiempo. A veces eso nos hace perder la perspectiva de las cosas que conseguimos y no somos capaces de ponerlas en valor. Cuando nos acostumbramos a los éxitos no nos damos cuenta de lo difícil y excepcional de conseguirlo».
Respecto a Montella, el director deportivo se muestra prudente. «El año que viene todavía queda un poco lejos y es verdad que tenemos que analizar con tranquilidad todo lo acontecido este año. Si las cosas continúan con normalidad, seguimos bien, y seguimos con Vincenzo el año que viene y él está aquí y yo estoy aquí... Tenemos que plantearnos a la hora de la planificación el hacer un equipo más a las características de Vincenzo. Él trabaja con lo que hemos dado, pero tenemos que amoldarnos a lo que él demanda», dice, al tiempo que añade esto: «Los resultados nos condicionan, pero están un poco en el aire. La valoración del trabajo debe ir más en la satisfacción o considerar si se están haciendo las cosas de la forma adecuada. Este ha sido un año de transición y muy difícil. En cualquier caso no es una decisión que me corresponda a mí».