El mercado de fichajes lo eclipsa prácticamente todo cuando la competición hace un alto por vacaciones cada verano e incluso cuando ésta se pone en marcha entrado el mes de agosto, como sucede en el fútbol español. Los clubes se afanan en reforzar su plantel incorporando jugadores y dando salida a otros que no entran en sus planes. Una vez cerrado el periodo de inscripciones, toca afrontar tareas pendientes; tareas que, por un motivo u otro, quedaron aparcadas hasta mejor ocasión.
En el caso del Sevilla, una de ellas es la ampliación –y mejora– del contrato de dos de sus grandes pilares: Éver Banega y Pablo Sarabia. Tanto el argentino como el madrileño finalizan su vinculación con el club en junio de 2020 pero la intención expresada siempre por ambos es seguir muchos años más en la entidad. Por ello, ésta se puso manos a la obra en su día para intentar alcanzar un acuerdo que, por el momento, no se ha producido.
En el caso de Banega, su deseo de continuar defendiendo la camiseta del Sevilla le hizo desechar ofertas este verano. Cuando regresó a Nervión en 2017, el internacional argentino firmó una cláusula de rescisión de 20 millones de euros, importe asequible para muchísimos clubes y, sin duda, por debajo del valor real del jugador.
Banega, de 30 años, tiene uno de los salarios más altos del plantel, pero su rendimiento le ha hecho merecedor de que el club esté a la altura de las circunstancias y haga todo lo posible para mantenerle en sus filas.
No menos notorio es el rendimiento de Sarabia. Su fichaje fue todo un acierto el vista del papel que el madrileño ha tenido y sigue teniendo en el Sevilla, donde se ha convertido en pieza clave e indiscutible.
Tal es su nivel que se le veía en la primera convocatoria de la Selección a las órdenes de Luis Enrique. No fue así, lo cual no significa que no haya hecho méritos para estar en ella. Sarabia, con una cláusula de rescisión de 22 millones, también merece un esfuerzo por parte del club, aunque, como sucede con Banega, hay que encontrar ese punto de entendimiento que por ahora se sigue esperando. Y mientras no se firme...