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Con fe y sin lugar para experimentos

Conjura de un Sevilla que jugará con todo su arsenal en Leicester y que tiene razones para creer

12 mar 2017 / 19:45 h - Actualizado: 12 mar 2017 / 20:29 h.
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  • Pablo Sarabia, con el balón, Vitolo, Jovetic y Escudero participan en un rondo de calentamiento en el entrenamiento de la ciudad deportiva sevillista. / Jesús Barerra
    Pablo Sarabia, con el balón, Vitolo, Jovetic y Escudero participan en un rondo de calentamiento en el entrenamiento de la ciudad deportiva sevillista. / Jesús Barerra

Ya se oyen por Nervión los sones de la Champions League. El Sevilla se encuentra a las puertas de otra cita para la historia, las que quiere abrir este martes en el King Power Stadium de Leicester, donde deberá defender una renta de 2-1 tras la ida en el Sánchez-Pizjuán. Es un cambio de chip total, pues tras las últimas comparecencias ligueras, el debate en torno al notable bajón de juego Sevilla está servido y alimenta aún más las dudas que el gol de Vardy en Nervión creó hace tres semanas. Así es el fútbol, un estado de ánimo que permite la osadía de dudar de un equipo que demostró en la ida ser mejor que el Leicester City, que lleva ocho partidos sin perder y que pese a ese bache en sensaciones sigue, aunque haciendo la goma, la estela de los dos grandes en lo alto de la clasificación de la Liga. Ese cambio de chip por el que abogan Sampaoli y los suyos requiere centrarse en las no pocas razones para creer que el Sevilla puede clasificarse para los cuartos de final.

La más importante de todas es que las continuas rotaciones experimentadas en las últimas jornadas de la Liga, antes y después del Sevilla-Leicester, pasarán a mejor vida mañana. El Sevilla irá con todo: Nasri, Pareja, Escudero, Vitolo, N’Zonzi y Ben Yedder, entre otros. El vestuario, empezando por Sampaoli, es consciente de lo mucho que se juegan en este encuentro, tanto a nivel de club como de forma individual. Hablamos de un Sevilla que, además, ha marcado al menos un gol en 15 de sus 20 partidos fuera de casa esta temporada: si lo hace en Leicester, los de Shakespeare tendrían que anotar, al menos, dos para igualar la contienda y tres para pasar.

Más allá de datos, este Sevilla ha demostrado en las últimas semanas que, pese al notorio bache de juego, es muy difícil ganarle: los dos únicos equipos que lo han conseguido en los últimos tres meses y medio fueron el Espanyol (3-1 en la Liga) y el Real Madrid (3-0 en la Copa), ambos en partidos especialmente polémicos. El Sevilla, además, no cayó ni recibió goles en ninguna de sus tres visitas en la presente edición de la Liga de Campeones, con salidas tan complicadas como Lyon o Turín (Juve). De sus 89 partidos como visitante en su historia europea, en 50 logró un resultado que le clasificaría para los cuartos. El Sevilla ha superado 17 de las 18 eliminatorias de competición UEFA en la que ganó el partido de ida en casa. La única excepción fue contra el Kaiserslauten en la tercera ronda de la Copa de la UEFA 1982-83: 1-0 en casa y 4-0 a domicilio.

En el entrenamiento de este lunes en la ciudad deportiva hubo charla especial, como extraordinario es el partido de mañana. Con el balón de la Champions entre los pies, la plantilla sevillista se entrenó con un sabor de boca menos amargo del que tenía tras terminar el empate a uno ante el Leganés –los titulares ante el equipo pepinero trabajaron a menor ritmo–. El propio Sevilla, a través de todos sus estamentos, se ha encargado de dar carpetazo provisional a la Liga para hablar de una «cita histórica» en Leicester, bajo el lema «Nuestro día ha llegado». Las ganas de estar entre los ocho mejores de Europa 59 años después, es otra buena razón para creer en el mejor Sevilla posible.