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Messi, rodeado por varios compañeros en el entreno del jueves. / FCB
Sevilla y Barça inauguran este Sábado Santo un mes que puede ser histórico para los dos. Y eso que hablamos de dos clubes, sobre todo el azulgrana, acostumbrados al éxito. Con la Liga prácticamente en el bolsillo, el Barça centra casi todas sus fuerzas en la propicia eliminatoria Champions ante la Roma, que dará comienzo el miércoles. Después tendrá la gran final de la Copa del Rey, donde le espera de nuevo el Sevilla, con sed de venganza tras la de 2016 y que también tiene ahora el campeonato liguero, con el cuarto puesto alejado definitivamente, en el segundo escalón de prioridades. El martes empieza su nada propicia pero histórica eliminatoria Champions ante el Bayern de Múnich. Bayern y Roma invitan a Ernesto Valverde, técnico del Barça, y a Vincenzo Montella, su homólogo en el Sevilla, a pensar en posibles cambios.
El italiano no es nada propenso a las rotaciones. De hecho, es probable que casi todos los que actúen este sábado ante el Barça (salvo Banega, sancionado en la Champions) repitan en el mismo escenario el martes que viene frente a los alemanes. Queda la duda de ver si Navas está para salir desde el inicio tras un mes en el dique seco (Layún ha sido el último internacional en reincorporarse y Corchia todavía no está al cien por cien), si Muriel vuelve a la titularidad en lugar de Ben Yedder y, sobre todo, de qué manera sustituye Montella al sancionado Sarabia. Probablemente sea el colombiano titular y Nolito el recambio del madrileño en una de las bandas.
En el Barça los cambios podrían ser más y de mayor peso. Para empezar, Lionel Messi está tocado. Todo lo que sea que el astro argentino, bestia negra del Sevilla, no juegue cambia el escenario, pese a la pléyade de estrellas que componen el plantel de Valverde. Todo hace indicar que Messi –con sobrecarga en el adductor izquierdo– no jugará y que el técnico extremeño podría, además, reservar a hombres como Iniesta e incluso Piqué. Busquets, además, está lesionado.
Una dura prueba para el Sevilla 72 horas antes de recibir a otro gigante de Europa, el Bayern de Múnich, en un Ramón Sánchez-Pizjuán que sólo ha visto ganar al cuadro nervionense ante el Barcelona en una de las últimas diez visitas y sólo tres veces en el siglo XXI. Sin Messi todo podría ser más fácil... o menos difícil.