El año del adiós de Monchi

2017 no sólo ha sido un año importante para el Sevilla en el césped, sino que ha tenido que hacer frente a no pocos vaivenes: las sanciones por insultos, el pulso de los Biris a José Castro y de este a Javier Tebas, la terminación del estadio en la ciudad deportiva, el regreso de Del Nido y, por encima de todo, la salida del ‘rey’ de los fichajes.

31 dic 2017 / 00:29 h - Actualizado: 31 dic 2017 / 00:45 h.
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Sin duda, 2017 quedará marcado en la historia del Sevilla como el año del adiós de Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi. El hoy director deportivo de la Roma fue uno de los pilares en los que se sustentó durante varios lustros el regreso del Sevilla a la grandeza y a los títulos. Su amago de salida en el verano de 2016 pareció quedar en nada hasta que El Correo de Andalucía anunció en enero de 2017 que ya le había dado el sí a la Roma y que su salida de Nervión se confirmaría en torno a la Semana Santa, como así sucedió pese a las negaciones por parte del club. El modelo de negocio del Sevilla está basado en una gran labor de scouting, fichajes más o menos baratos de jugadores que en su mayoría crecen en Nervión y son revalorizados para poder ser vendidos por todo lo alto. A Monchi lo ha sucedido Óscar Arias, que ahora centra gran parte de las críticas por las dudas que desprende el equipo. Sin Monchi el Sevilla no puede ser lo mismo y decidió apostar por quien era su segundo ante lo caro de fichar a referencias europeas en el puesto.

LOS BIRIS Y LAS SANCIONES

Enero de 2017 fue un mes estresante para el Sevilla, que recibió dos veces al Real Madrid, con todo lo que conlleva. Por ejemplo, el asunto Sergio Ramos: su actitud en Nervión y los insultos que se le profirieron al de Camas derivaron en propuestas de cierre de la grada baja del Gol Norte. El Sevilla anunció que recurriría las dos sanciones y así lo hizo, paralizando la clausura. Con las multas económicas pasó algo parecido, pues el Sevilla se resiste a hacer frente a las mismas. No pudo evitar José Castro un pulso con los Biris Norte, a quienes Antiviolencia y la Policía impiden introducir pancartas con sus emblemas. El presidente sevillista, al comprobar que en otros estadios no se hacía lo mismo y que el Dépor ganaba sus recursos, hizo frente a las autoridades y deja introducirlas pese a las continuas multas de 30.000 euros por ello. Aquel caos ha servido al menos para que en el Sánchez-Pizjuán apenas se insulte de forma coral ya.

DIVIDENDOS Y EL SUELDO DE CASTRO

El año ha acabado con polémica en torno al consejo de administración de José Castro, quien sacó adelante en la junta su propuesta de fijar una retribución para él y su vicepresidente, Gabriel Ramos. Lo hizo con menos apoyos de los previstos, pero gracias a los pequeños accionistas y la familia Carrión. Antes tuvo que repartir 1,5 millones entre todos los accionistas.

VOLVIÓ DEL NIDO

La sombra del expresidente José María del Nido Benavente, otra de las piezas fundamentales del gran Sevilla del siglo XXI, siempre planeó pese a su ingreso en prisión, de la que salió en este 2017. Su presencia en la junta de accionistas del 11 de diciembre fue la prueba inequívoca de que no da por finiquitada su relevancia en el Sevilla. En la asamblea no consiguió más que dejarle claro a José Castro que no le pondrá las cosas fáciles, y a todos los sevillistas que sigue teniendo ideas de futuro. Su vuelta ha coincidido con la salida de su hijo del consejo, ocurrida tras el caso Vitolo. Padre e hijo se han dado un nuevo relevo y prometen que 2018 también será muy interesante.

NUEVO ESTADIO PARA EL FILIAL

Los casi 40.000 socios del Sevilla hacen que se haya reabierto el debate sobre la necesidad de un nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán o la ampliación de su graderío. La intención del club vuelve a ser ampliar el aforo para abaratar los abonos infantiles, aunque por el momento 2017 dejó la terminación del Viejo Nervión, el estadio de la ciudad deportiva