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José Castro charla con José María Cruz en presencia de José María del Nido Carrasco en la pasada junta general de accionistas. / Manuel Gómez
La recta final de la temporada 2016/17 se ha convertido en una prueba de fuego para las estructuras del Sevilla y, fundamentalmente, para el consejo de administración que preside José Castro. Son muchos los temas de relevancia sobre la mesa y, al mismo tiempo, mucha la urgencia que plantean. Diseñar la nueva dirección deportiva, asegurar la continuidad de Jorge Sampaoli y de jugadores clave del plantel, y solucionar el conflicto que se vive en las gradas del Sánchez-Pizjuán son los retos ineludibles de Castro y su equipo de trabajo.
En un club donde la dirección deportiva tiene la responsabilidad de elegir al entrenador y de plantear a éste las distintas posibilidades a la hora de incorporar futbolistas, la marcha de Monchi supone un serio hándicap. El Sevilla tiene que diseñar cuanto antes su nueva dirección deportiva y el pasado viernes Castro dijo que puede haber incorporaciones o cambios en el actual staff. La figura de Óscar Arias sigue estando ahí, pero cada día aparecen nombres relacionados con la nueva dirección deportiva (el último de ellos, Javier Ribalta, español y jefe de scouting de la Juventus, según medios italianos).
Directamente relacionada con todo ello está la situación de Jorge Sampaoli. El argentino tiene una temporada más de contrato con el Sevilla y esta semana tenía previsto reunirse con Castro, pero la situación de la selección de su país –y la inminencia del Mundial 2018– pueden convertirse en un serio escollo a la hora de asegurar la continuidad del entrenador, al que se vincula incluso con Holanda.
Mantener el bloque y a las principales figuras del plantel es otro de los frentes abiertos en el Sevilla. Hay que decidir, por ejemplo, si se ejecutan las opciones de compra por Nasri o Jovetic, pero también mostrar una postura firme desde ya respecto a futbolistas de peso como N’Zonzi o Vitolo, blindados con cláusulas de rescisión... pero en el escaparate por su gran calidad. Todo ello al mismo tiempo que se decide la incorporación de nuevos futbolistas. Anticiparse a otros clubes ha sido siempre una de las virtudes del Sevilla a la hora de reforzar su plantel.
Otro asunto y de especial importancia es el conflicto que se vive en las gradas del Sánchez-Pizjuán, donde la huelga de animación de los Biris y su enfrentamiento con Castro sigue dividiendo al sevillismo. Esta guerra de desgaste entre el presidente y el grupo de seguidores debe llegar cuanto antes a su fin, entre otras cosas por la relación que todo ello tiene con las sanciones que los órganos encargados de impartir justicia deportiva están imponiendo al club (sin ir más lejos, Competición ha acordado cerrar parcialmente la grada de Gol Norte).
En definitiva: mucha tela que cortar. Es, sin duda, el gran examen al que se enfrenta Castro.