Sin la presencia de las cámaras de televisión y en el momento de la protocolaria siesta veraniega. Jesús Navas lució la camiseta del Sevilla FC cuatro años después de su última aparición en Nervión. El 3 de junio de 2013, la entidad de Nervión traspasaba al extremo de Los Palacios al Manchester City por 20 millones más una serie de variables. Aquel día, el atacante que se crio en la Carretera de Utrera y brilló con luz propia con su característica velocidad en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros prometió regresar. Y ha cumplido su mensaje.

Con su hijo en brazos y después de soportar una tormenta por la mediación de su agencia, Bahía, en la venta de Vitolo, el capítulo más tenebroso y desafiante para el Sevilla FC en los últimos años. Navas reapareció en el St Mary’s Stadium junto a Nolito, su socio y confidente. «Hay feeling entre ambos», confesó en el St Mary’s Stadium. Casi un lustro después que se despidiera con la zamarra blanquirroja en un Sevilla-Valencia en el que el delantero Negredo anotó cuatro goles (4-3). Aquella tarde del 1 de junio de 2013, Navas, de 27 años, sabía que era su último encuentro en Nervión. Bajo las sombras de aquel imponente estadio que frecuentó junto a su familia antes de ser, junto a Sergio Ramos o el malogrado Antonio Puerta, uno de los canteranos más talentosos del SFC del XXI.

Hoy, con la treintena ya cumplida, se ajustó la camiseta de su Sevilla del alma para debutar a 2.000 kilómetros de su hogar, el Ramón Sánchez-Pizjuán. Mañana domingo, apenas 24 horas después, repetirá el ritual. Ante el Everton y con las cámaras de televisión como testigo visual.