En el sino del alargue, Sergio Rico

LA CONTRACRÓNICA. Con poco el Sevilla consiguió mucho y durmió segundo, en una victoria abrochada por unos puños de hierro en otro descuento en el que el Valencia salió, otra vez, perdedor ante los de Nervión. El Sevilla fue poco pero Sampaoli goleó al cariacontecido Prandelli.

27 nov 2016 / 00:22 h - Actualizado: 27 nov 2016 / 00:32 h.
"Fútbol","Primera División","Sergio Rico","Sampaoli"
  • N’Zonzi se abraza a Sergio Rico tras su parada decisiva y el final del partido. / Manuel Gómez
    N’Zonzi se abraza a Sergio Rico tras su parada decisiva y el final del partido. / Manuel Gómez

En el alargue se ganan y se pierden tantas cosas en el fútbol... Quedan en la memoria casi siempre goles que in extremis disparan la algarabía, llevan al éxtasis o por el contrario al lamento. Con el Sevilla, el Valencia y un descuento de por medio, salta de inmediato M’Bia al campo. Otra vez salió triunfante el cuadro de Nervión en esa escena, pero esta vez fueron unas manos, unos puños de hierro, los que desviaron el trallazo de Gayá y dejaron los puntos en el Sánchez-Pizjuán, que sufrió de lo lindo y respiró hondo cuando pitó el colegiado. Sergio Rico vuelve a ganar puntos, que sirven para que el Sevilla FC duerma segundo en la tabla.

Sacó adelante el partido a pesar de sí mismo, porque estuvo mal el cuadro de Sampaoli, quien, por su parte, movió piezas de forma ágil y lúcida. En el encuentro de los banquillos, el argentino ganó por goleada a Prandelli, que no las vio venir por ningún lado. Fue variando el sistema, abriendo y cerrando el campo, ahora situando el énfasis en las bandas y después en el juego por dentro. Sarabia pasó de un lateral a otro, en Vitolo es más común, y revolucionó el duelo introduciendo a Kiyotake, al que quiere ganar para la causa. El japonés, salvo alguna precipitación, respondió bien.

El Valencia salió a intentar vivir del error de un Sevilla con piernas como maderos y la mente en cámara lenta por el esfuerzo ante la Juventus. Sólo gozó de chispazos de inspiración, porque para llegar a la actuación estelar con la que el meta de Montequinto abrochó el partido, surgió Nico Pareja para anotar su segundo gol de la semana. Esta vez sirvió para ganar, recordó aliviado. Fue además el faro de una defensa que puso en entredicho tal condición, con muchos errores en los pases, en pases excesivamente de riesgo en un día que no era para ello dada la merma física del personal.

El Valencia no supo aprovechar esos regalos y ya se sabe que ante equipos como el Sevilla se acaba pagando, más allá del tanto en propia puerta de Garay. Prandelli salió a vivir del error y se puso por detrás de forma paradójica con un tanto de uno de los suyos. Cuando al fin tiró de talento, con Munir y Gayá, puso en apuros al cansado Sevilla, lució Cancelo, y Parejo pero el Sevilla es mucho Sevilla aunque ayer fuera tan poco.