-
Escudero, Jovetic, Vitolo y Sarabia, durante el entrenamiento de ayer. / J. Barerra -
Posibles alineaciones de ambos equipos.
Resalta la página web del Leicester City Football Club que la de hoy es una de las noches más grandes de la historia del club. El conjunto inglés, convertido en Cenicienta en la histórica temporada pasada, visita el Sánchez-Pizjuán para enfrentarse a otro club dispuesto a rebelarse ante los poderosos, el Sevilla. Sólo uno pasará a los octavos de final, pero antes esperan 180 minutos de una guerra total de estilos. Los de Claudio Ranieri y Jorge Sampaoli, comandantes en jefe. Es la Champions, que vuelve a Nervión en 90 minutos trepidantes. Y es el Sevilla, glorioso en la Europa League pero imberbe en la Liga de Campeones, donde no consiguió pasar de los octavos cuando lo tenía todo de cara en 2008 y 2010, equipazos incluidos. Quedan en blanco y negro aquellos cuartos contra el Real Madrid de Di Stefano (1958).
Es una noche histórica, pues, también para el Sevilla. No sólo para los ingleses, que nunca habían pasado de la fase de grupos de una competición europea. Un Leicester sumido en un cuento de hadas del que no quiere despertar. En la actual temporada, esa fábula se reduce sólo a la Champions, donde se ha estrenado liderando el grupo G a lo grande. El Sevilla se siente favorito pero sin confianzas excesivas: arriba a Nervión el actual campeón de la Premier League. Se conforma Ranieri con decir que su equipo aguanta el traje de Cenicienta en este torneo. Y puede que tenga razón. El mundo del fútbol es tan extraño que dos competiciones arrojan diferentes universos para un mismo grupo de jugadores. Quizás el mensaje del técnico italiano se haya agotado en Inglaterra, pero sus jugadores se sienten de nuevo lobos –mejor zorros...– con pieles de cordero en la Liga de Campeones y llegan dispuestos a desafiar a la historia, que dice que en dos de sus tres aventuras europeas anteriores fueron apeados por un equipo español –Atlético de Madrid–.
Si hay algo que parece claro a estas alturas es que el partido de ida de esta noche es clave. Sabe el Sevilla que llevar al King Power Stadium un resultado ventajoso obligaría al Leicester a jugar a contraestilo en la vuelta. Sabe Ranieri que si los suyos aguantan las embestidas de los nervionenses podrán actuar ante su público como más les gusta: sin prisas y con espacios por delante para matar a la contra. Y como todos lo saben, el duelo pocas sorpresas arrojará: el Sevilla saldrá al ataque, fiel a las directrices de Sampaoli, y el Leicester a aguantar e intentar contragolpear con Vardy y la zurda de Mahrez. Precisamente por la necesidad de frenar las contras y las ausencias de Mercado, sancionado, y Nico Pareja, quien no se recuperó a tiempo, el Sevilla saldrá probablemente con defensa de cuatro e Iborra acompañando a N’Zonzi en la medular. Por lo demás, pocas dudas, si acaso entre Jovetic y Ben Yedder en la punta.
El tradicionalista Ranieri seguirá fiel a su 4-4-2 pese a las cinco derrotas seguidas en la Premier y la eliminación copera ante el modesto Millwall. Con una defensa fuerte pero lenta, el Leicester necesita achicar espacios, no le incomoda verse sometido ni arrinconado. Si el duelo en el área sevillista estará en la movilidad de Vardy contra Lenglet y sus movimientos algo más lentos, cerca de la otra portería el Sevilla tratará de mover el balón con rapidez y hacer sufrir a Morgan y Huth, los dos centrales. Tanto Jovetic como Ben Yedder pueden cumplir ese perfil, aunque el estado de forma del montenegrino parece idóneo.
Mil pequeños duelos dentro de un gran duelo. Mil sueños dentro de uno solo: desafiar a la lógica en el torneo más prestigioso. Eso pretenden Sevilla y Leicester, que viven sus particulares cuentos de hadas. Como se dice en inglés: Once upon a time...