“Vaclik es uno de los mejores porteros del mundo”. Así de tajante se mostró Georg Hetiz, el director deportivo de su anterior club, el Basilea, cuando fue preguntado por el meta checo pocas semanas después de aterrizar en Sevilla.

Quizás no le faltaba razón al bueno de Hetiz, a tenor de las magníficas actuaciones de Vaclik tanto en la competición doméstica como en la Europa League. Pero también quizás le haga falta al portero del Sevilla realizar esas misma actuaciones en un escenario de postín como es la Liga de Campeones para ascender al trono donde ahora reinan Courtois, Oblak o Lloris. Si todo marcha como ahora, quizás el año que viene.

Pero lo que más importa en estos momentos en el seno del equipo que entrena Pablo Machín es que la portería está muy bien cubierta. Lo que no es poco. Desde Andrés Palop, nadie ha conseguido afianzarse en la portería rojiblanca más de dos temporadas sin que antes se pusiera en tela de juicio su titularidad.

El Sevilla Fútbol Club ha tenido muy buenos porteros a lo largo de toda su historia. Eizaguirre, Busto, ‘Superpaco’, Buyo, Unzué. Pero la gran mayoría coincide en señalar a Andrés Palop como el mejor portero de todos los tiempos en el Sevilla. Después de todo, Palop es el portero del mejor Sevilla que ha conocido esta ciudad. El Sevilla que consiguió por primera vez un título europeo y empezó a coleccionar trofeos una temporada tras otra.

Palop llegó libre del Valencia en el año 2005 y disputó 291 partidos con la elástica sevillista hasta el 2013, cuando se marchó al Bayer Leverkusen donde, ya con 40 años, permaneció una temporada antes de anunciar su retirada. Para el recuerdo, el gol en octavos de final de la Europa League de 2007 ante el Shaktar Donetsk que forzó la prórroga, o los tres penaltis que detuvo en la final europea de aquel año frente al Espanyol.

Antes de recalar en el Sevilla, Palop jugó en Primera en el Villarreal y en el Valencia. En este último siempre vivió a la sombra de Santiago Cañizares, por aquel entonces guardameta de la Selección Española. En la capital de Andalucía encontró su sitio, y ni siquiera fichajes de relumbrón como Morgan De Sanctis o Diego López lograron arrebatarle su lugar en las ocho temporadas que estuvo bajo los palos del conjunto de Nervión.

Un año antes de hacer las maletas para Leverkusen, el Sevilla ya encontró un recambio para Palop. Beto llegó como refuerzo tras la salida de Diego López al Real Madrid, pero una lesión de Palop forzó el debut del portero portugués con apenas un entrenamiento en el cuerpo. Fue ante el Atlético de Madrid en Copa del Rey, y a pesar de la derrota (2-1), el recién llegado dio la talla y se ganó el respeto y la admiración de la afición.

Carácter y compromiso fueron señas de identidad de un Beto que llegó a disputar con el Sevilla 89 partidos en los que encajó 118 goles. Después retornó a su país para jugar en el Sporting de Lisboa, y desde el pasado año defiende la portería delGöztepe SK turco donde es titular indiscutible.

Un futbolista salido de la cantera, Sergio Rico, fue quien ‘provocó’ la salida, entre lágrimas, de Beto. El portugués contaba con el cariño del sevillismo, pero en 2014 Rico irrumpió con fuerza en el primer equipo.

Al igual que le ocurriera a Beto en su momento, el debut de Rico se produjo tras una lesión del primero. Esa temporada, la 2014/2015, el guardameta sevillano se ganó la confianza de su entrenador, Unai Emery, y acabaría la campaña como titular en un Sevilla que terminó quinto en la Liga y ganando, otra vez, el título de campeón de la Europa League.

Rico ha jugado 170 partidos en el Sevilla, una cifra nada desdeñable, pero quedó señalado tras protagonizar diversos errores en varios partidos en el último ejercicio, y el teórico suplente, David Soria, le arrebató la titularidad. El debate en la ciudad no se hizo esperar: ¿Sergio Rico o David Soria?

Para zanjar el debate, la directiva optó este verano por librarse de ambos. Rico puso rumbo al Fulham, aunque como cedido, y Soria fichó a cambio de tres millones de euros por el Getafe. El sustituto de ambos, un portero desconocido en el fútbol español que a día de hoy hace vibrar a la grada del Estado Ramón Sánchez Pizjuán. Su nombre, Tomas Vaclik.