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Machín, con un aficionado en su despedida del Girona. / GFC
Pablo Machín realizó este martes sus primeras declaraciones como nuevo entrenador del Sevilla. «Cuando a un entrenador como yo se le pone delante un club como el Sevilla hay muy pocas opciones de decir que no», dijo en la rueda de prensa que dio para despedirse Girona después de casi cuatro temporadas y media.
«El Sevilla es un club top en España y en Europa, las posibilidades son mayores. Es un reto más en mi carrera que asumo con ilusión y esperando que las cosas salgan bien», comentó el soriano, al que acompañaron algunos futbolistas de la primera plantilla rojiblanca como Eloi Amagat, Àlex Granell, Pere Pons o Aday Benítez, así como el presidente, Delfí Geli, y el director deportivo, Quique Cárcel.
«Hace un tiempo dije que quería que la gente de la ciudad fuera del Girona y que se vieran más camisetas del equipo y, entre todos, lo hemos conseguido», destacó Machín, profundamente agradecido con «todos», y en especial con los futbolistas por haber creído siempre «en aquel entrenador semidesconocido» que llegó un buen día a Montilivi para hacerse cargo de un equipo que luchaba por evitar el descenso a Segunda B y ha acabado peleando por una plaza en la Europa League.
Machín dejó claro que, a partir de ahora, el Girona tendrá «un seguidor más en Sevilla» e indicó que, tal y como había repetido durante los últimos meses, sólo ser marcharía «si llegaba una oferta irrechazable».
«Con el Sevilla ha sido todo rápido. Me ilusiona trabajar con Caparrós. Ha sido mi valedor y ha apostado por mí. Voy a trabajar para no defraudarle a él ni al Sevilla», comentó.