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Montoya, durante un partido del Barcelona. / Efe
Uno de los objetivos inmediatos del Sevilla es reforzar la demarcación de lateral derecho. Entre que Aleix Vidal ha hecho las maletas rumbo al Barcelona dejando en las arcas más de 20 millones de euros y que Unai Emery no ve con malos ojos la idea de buscar destino a Diogo, lo cierto es que, paralelamente a las gestiones más mediáticas (Konoplyanka, Adil Ramí, etc), se trabaja en la incorporación de ese zaguero que pugne por el puesto de titular con Coke.
Uno de los candidatos a ocuparlo es Martín Montoya. No es un nombre nuevo. De hecho, el propio Monchi habló de él la pasada semana. «Son jugadores que, obviamente, nos gustan, pero nos fijamos objetivos que sean reales. Vamos hasta donde podemos y a lo que tanto deportiva como económicamente podamos aspirar», explicó el director deportivo.
Si se tratase de incorporar al lateral de Viladecans por la fórmula del traspaso, la operación, como bien dice Monchi, sí se antoja inviable. Montoya está tasado por el club azulgrana en unos ocho o nueve millones de euros y su ficha es de tres anuales. Inasumible, por tanto, salvo que el Sevilla tirase la casa por la ventana.
Sin embargo, hay otra fórmula para hacerse con el futbolista que sí es asumible. De hecho, tanto la entidad nervionense como la azulgrana la manejan, y no es otra que la que permitió la llegada de Denis: dos años de cesión con opción tanto de compra para el Sevilla como de recompra para el Barcelona. Una operación en la que entraría el propio Denis, ya que Luis Enrique cuenta con él, sin descartar que jugadores como Sergi Roberto o Samper se conviertan en monedas de cambio.
Montoya tiene contrato hasta 2018 y una cláusula de rescisión de 20 millones. A pesar de que en su día llegó a entrar incluso en los planes de Vicente del Bosque, la presencia en la plantilla de Daniel Alves, Aleix y en menor medida Douglas le cierran las puertas en el Barcelona, aunque el hecho de que Aleix no pueda jugar hasta enero le beneficia... pero sólo hasta entonces.