Nervión juega

La hinchada sevillista se vuelva con su equipo, como ya hiciera en las semifinales ante Schalke 04, Osasuna, Valencia y Fiorentina

04 may 2016 / 06:51 h - Actualizado: 04 may 2016 / 17:58 h.
"Europa League","Sevilla FC","Unai Emery"
  • El sevillismo recibió de esta manera al equipo en la semifinal ante el Schalke 04, en 2006. / J. Díaz
    El sevillismo recibió de esta manera al equipo en la semifinal ante el Schalke 04, en 2006. / J. Díaz
  • Instantes iniciales del Sevilla-Fiorentina del curso pasado. / M. Gómez
    Instantes iniciales del Sevilla-Fiorentina del curso pasado. / M. Gómez

El Sevilla prepara con mimo una nueva batalla importante, decisiva. Le toca esta vez librarla en Nervión, al amparo de los suyos, entre las cuatro paredes del Ramón Sánchez-Pizjuán. Si bien el Sevilla se ha especializado últimamente en saber sacar partido a los encuentros de ida jugados en su estadio, no pocas veces se ha valido de la magia de Nervión para dar el paso definitivo a una nueva fase de los distintos campeonatos. Sin contar las finales –última eliminatoria que se juega a partido único– el Sevilla de Unai Emery lleva 13 enfrentamientos a doble partido consecutivos saliendo victorioso en la Europa League, torneo que ha conquistado en las dos últimas ediciones.

Si hace un año el cuadro nervionense se disponía a recibir en un Sánchez-Pizjuán a reventar a la Fiorentina (3-0), penúltimo escollo antes de revalidar en Varsovia el título logrado en Turín, ahora el sevillismo sabe que tiene que dar el do de pecho para llevar a los pupilos de Unai a otra final y batir, de esa manera, un nuevo récord en la competición. Este Sevilla ni está tan fresco físicamente como el de hace un año ni posee el fondo de plantilla que tenía el que fuera campeón ante el Dnipro. Y, además, el Shakhtar Donetsk es un rival bastante más duro que la Fiore del pasado curso.

Cientos de aficionados sevillistas formaban en la mañana de ayer largas colas para sacar las últimas entradas para la cita de mañana, incluidas las 400 que ha devuelto el Shakhtar. El Sánchez-Pizjuán, salvo sorpresa, se volverá a llenar como hace un año.

Y como en tantas y tantas noches de júbilo que se han vivido en el coliseo nervionense. Si bien sigue latente el susto tremendo en la vuelta ante el Athletic, echando la vista atrás nos encontramos con grandes noches en el Sánchez-Pizjuán. Desde ese 3-0 a la Fiorentina a varias remontadas complicadas, como cuando hace dos campañas el Sevilla goleaba al Oporto en los cuartos de final (1-0 en Portugal); o al incómodísimo Lille en 2006 (2-0); o mejor aún, en otra gran semifinal, la de 2007, ante el Osasuna (1-0 en Pamplona y 2-0 en un enloquecido Sánchez-Pizjuán).

Pero si hay una eliminatoria referencia esa es la sucedida hace justo diez años frente al Schalke 04: empate en la ida y vuelta en Nervión, como ahora. Aquel Sevilla, pese a la calidad que atesoraba, supo sufrir durante 310 minutos y doblegar al correoso equipo alemán al calor del sevillismo, que mañana se antoja fundamental para dar ese plus de fuerzas que los jugadores actuales echan en falta en este tramo final de la temporada. El Shakhtar, recién salido de la pretemporada invernal, tiene ventaja en este aspecto. Los de Lucescu, por si fuera poco, cuentan todos sus partidos fuera de casa en esta competición por victorias: 0-3 al Schalke 04, 0-1 al Anderlecht y 1-2 al Sporting de Braga.

Mientras Emery pone a punto un once lo más parecido al de gala –Kolo recibió ayer el alta médica y a Konoplyanka ya no lo pueden apartar ni Krohn-Dehli ni Reyes, recién operado–, el club está poniendo de su parte para crear el clima adecuado ante una cita que nadie da, ni mucho menos, por ganada. Más allá de vídeos motivadores que puso en circulación por internet, el Sevilla repartirá casi 40.000 banderas para que «vuelen al son del himno del Centenario», según explicó en su web. Banderas «de ilusión», la del tetracampeón insaciable.