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Emery durante un partido en el Sánchez-Pizjuán. / M. Gómez
Unai Emery ha desgranado en una completa entrevista en Marca la actualidad del Sevilla. Desde las virtudes de Monchi para firmar jugadores hasta nombres propios con los que quiere reforzar al equipo. Esta temporada, la del regreso a la Champions, es la idónea para dar un paso más y de ahí la dificultad para fichar a los deseados. «Un jugador que cuesta a partir de 6 millones podemos firmar uno o dos. Cuando pasa de 10, nos olvidamos. No llegamos al nivel del Atlético y del Valencia, pero lo bueno es que el Sevilla tiene algo especial para firmar jugadores y siempre estás ahí. Nosotros vendemos un Sevilla de Champions y que los jugadores que vienen suelen crecer. El futbolista que viene sabe que no es última estación, sino que es una estación para coger un tren mayor».
El técnico no se muerde la lengua con ningún tema:
Su felicidad en el Sevilla: «A nivel de trabajo estoy en un club que me da todo para trabajar, con unas instalaciones deportivas importantes. El estadio está bien y ahora lo van a remodelar. Tienes tus 35.000 fieles siempre, una masa social importante que se identifica con el Sevilla y muchas cosas a tu favor. Cuando yo llegué era un Sevilla de la época anterior a estos títulos. Estaba mal en la Liga y fuera de Europa. Sólo tenía los cuartos de la Copa del Rey. El equipo, la ciudad, la afición, todos estaban de bajón. Después nos metimos en Europa y fuimos creciendo».
La reunión con el Nápoles: «En el momento en el que se filtran las cosas pues se desata todo. Yo quería tranquilidad, estar con la familia, irme a la playa dos horas y pensar. Es verdad que en cuanto se conoce todo pues la afición se puede enfadar o decirme que no me vaya. Escuché a varios clubes, pero el Sevilla sabía que tenía esas opciones. Hubiese preferido que no se supiera, pero creo que no hice nada malo. Sí es verdad que el presidente se enfadó, pero hablé con él y le dije que no era motivo para nada, está todo solucionado».
El año que viene: «Siempre he tenido un ideal para mí mismo: estar donde quieran que estés. Y también disfrutar donde esté. Me gusta entrenar. La idea es crecer, dar pasos y tener retos. Según cumples los primeros tendrás mayores. El Sevilla llama la atención y se abren puertas, yo no las puedo cerrar. ¿Cuál es mi siguiente ilusión? Quiero seguir creciendo. La valoración de si he cerrado mi ciclo o me queda más es lo que había hecho, aunque la afición no lo entienda. Creo que en el Sevilla aún puedo seguir creciendo, disfrutar con los sevillistas. El siguiente paso me lo planteo».
Supercopa de Europa y la Champions: «Lo que tenemos aquí en el Sevilla es la ilusión de disputar un título en agosto. ¿Quién juega finales? Muy pocos. El año pasado jugamos contra el Real Madrid. Ninguno estaba bien del todo, pero el Real Madrid marca diferencias. Contra el Barcelona más o menos igual, pero vamos a tratar de conseguirlo este año. Además, después de la Supercopa comienza enseguida la Liga. Ya estás con la motivación, la ilusión, que te llevará a jugar la Champions a principios de septiembre. Y si todo va por encima de bien, pues entras en octavos. Es un objetivo difícil, pero podemos conseguirlo».
Konoplyanka: «Es un tema que siempre ha estado difícil. El club sigue peleando, pese a que es un esfuerzo económico muy fuerte. Es muy buen jugador pero debemos tener en cuenta el tema de la adaptación, el idioma... Tiene una parte de riesgo que estamos dispuestos a asumir si conseguimos que al final se pueda hacer. Nosotros primero miramos a lo alto y si no se puede, pues vamos bajando».
Ramí: «Le conozco muy bien. Hizo un año con nosotros muy bueno en el Valencia. Es un tipo de central que no tenemos porque necesitamos uno más contundente, un Fazio. Hace seis meses no podíamos firmarle. Pero ahora jugamos Champions y el Milan, no. Y él no ha estado tampoco bien. Y ahí estamos...»
Deulofeu la cruz y Banega la cara: «A Gerard le tengo aprecio y me da pena no haberle sacado más. Este año ha sido bueno para él, ha visto qué es un equipo. Necesita ser humilde para seguir creciendo. Tiene unas condiciones increíbles, pero debe pulir los accesorios. Monchi me habla mucho de Éver. Me dijo que como viéramos bien a Banega se levantaba todo el estadio. Había que ponerlo en forma. Teníamos que ver su motivación. Monchi hizo un trabajo con él y yo estaba en la retaguardia. Fue un proceso largo, en un mes no te vas a ganar a la gente. Le decía: tranquilo y trabaja. Cuando comenzó a tener nivel... ¡es que es muy bueno! Hay que seguir insistiendo con él».