—La final de la Europa League está a un paso, pero no asegurada. ¿Cómo llega el Sevilla al partido de vuelta después del 3-0 conseguido en el Sánchez-Pizjuán?
—Estamos cerca, aunque falta un paso importante. No hay nada hecho. Hicimos un gran trabajo en casa pero no debemos confiarnos. Hay que seguir trabajando de la misma manera, como venimos haciendo. El equipo está en un buen momento y tenemos que aprovecharlo. Hay que trabajar con esa humildad que muestran siempre el cuerpo técnico, los compañeros...—¿Qué partido espera esta vez ante la Fiorentina? Ellos saldrán a jugarse el todo por el todo desde el inicio...
—Son un buen equipo y por algo están donde están. Tienen que buscar el resultado y nosotros, estar tranquilos. Debemos leer bien el partido y ser inteligentes. Y por encima de todo, pasar, estar en la final, que es de lo que se trata.—La temporada pasada el Valencia estuvo a punto de dar la vuelta a una semifinal que parecía encarrilada. Un recordatorio de que se puede tener un mal día, ¿no?
—No hay que confiarse. Hay que tener un día malísimo para que pase algo, pero debemos que tenerlo en cuenta siempre. No jugamos en nuestro campo, sino en el de ellos, donde se sentirán cómodos. Nosotros tenemos que conseguir justamente lo contrario: que se sientan incómodos. Y cuando tengamos la posibilidad de jugar al fútbol y realizar contragolpes, que es lo que a nosotros nos favorece, hacerlo. —¿Qué supone para Éver Banega ganar la Europa League? Sería la primera de su curriculum en caso de conquistarla...
—Todavía no hay nada hecho, pero sí, sería algo importante, y más en un gran club como el Sevilla. Es obvio que para mí es una motivación extra. Un futbolista siempre quiere ganar títulos y si es uno europeo, bienvenido sea. Pero no voy a hablar de eso. Todavía falta. Quizá más adelante, si se da, hable de ello, pero no en estos momentos. Ahora mismo sólo voy a hablar de trabajo y constancia, que es lo que se necesita para llegar a una final europea. —La afición juega un papel importante y en este Sevilla puede decirse que está siendo clave en el buen hacer del equipo...
—Estamos muy agradecidos a la afición. Siempre está con nosotros, alentando durante los noventa minutos. Es una afición muy bonita que a nosotros nos llena y nos da fuerzas dentro del campo. El himno la verdad es que es espectacular. Se te pone la piel de gallina cuando entras al campo. Motiva mucho. Mi hija, con cuatro añitos, lo vive cantando en casa (risas). —¿Cómo describiría su trayectoria en el Sevilla? Comenzó con ciertos problemas de adaptación al equipo pero hoy en día se ha convertido en una de sus piezas más importantes...
—Siempre trabajo para el equipo. Vine a uno importante a tratar de aportar, a sumar, a poner mi granito de arena. El inicio no fue bueno porque no empecé jugando. Venía de otro equipo de no entrenar mucho a otro que ya estaba bastante entrenado, en el que había jugadores que ya estaban muy bien. Me tocó adaptarme y esperar mi oportunidad. Y esa oportunidad llegó. El míster me dio confianza y hoy en día me siento valorado por mis compañeros.—¿Estamos asistiendo a la mejor versión de Banega, a su mejor nivel? ¿Cómo se siente?
—Yo me siento muy bien, la verdad. Muy bien futbolísticamente, físicamente... Lo que me brindan mis compañeros, el cuerpo técnico... Pero no voy a decir si me encuentro mejor o peor que otras temporadas. Simplemente estoy muy contento y valoro eso. Quiero seguir así hasta que termine la temporada, ayudando al equipo, que a fin de cuentas es más importante que lo personal. —Imagino que en esta evolución el papel de Unai Emery está siendo fundamental. Usted es algo así como el brazo armado del entrenador sobre el terreno de juego, ¿no cree?
—No sé si el brazo, pero sí: me conoce muy bien. Sabe cómo llevarme, cómo tratarme... Los mejores años que tuve en España han sido de la mano de él. Así, que, simplemente tengo que agradecerle su apoyo y su confianza en mí. Seguiré estando a sus órdenes cuando me necesite.—¿Qué piensa cuando escucha hablar de interés de clubes como el Milan en Emery?
—Obviamente no me sorprende nada. Se lo merece por el trabajo que realiza siempre, pero hoy en día él está centrado en lo que es el Sevilla. Está metido y sabe que puede llevarlo a disputar otra final europea. Hay que darle el crédito que merece por todo lo que está haciendo y apoyarle. —Comentó usted cuando se incorporó al club que le cautivaba “la grandeza del Sevilla”. Ahora que han transcurrido unos meses desde que dijo esas palabras, ¿qué opinión tiene?
—Como dije, la grandeza del Sevilla es importante. Desde fuera se ve de una forma, pero estando dentro... te das cuenta de que es aún mayor. Todo eso, más la humildad que tienen el club y los trabajadores, que hacen posible que este equipo pueda hacer las cosas bien, conlleva que exista un equipo con mucha unión.—Hablemos de su futuro. En su día firmó un contrato de dos temporadas más otra opcional, tiene actualmente 26 años... Si el club le propusiera ampliar ese contrato, ¿estaría dispuesto a ello?
—Yo estoy bien, cómodo. Me queda un año más otro opcional, sí, pero hablar por hablar es muy difícil. Es preferible ir paso a paso, año tras año. Y bueno, que ambas partes se sientan cómodas u obligadas a hacer algo más, porque si el futbolista hace las cosas bien y en el club también hay buenas opciones, pues obviamente se hablaría. Pero de momento estoy tranquilo, estoy muy feliz y prefiero continuar así, de esta manera.