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Un Sevilla compitiendo a puerta cerrada

En el Calderón demostró que su mejoría defensiva no es puntual. En 33 partidos ha encajado 38 goles: 34 en los 18 primeros y 4 en los 15 últimos

27 ene 2016 / 08:00 h - Actualizado: 27 ene 2016 / 11:42 h.
"Sevilla FC"
  • Rami y Coke se dirigen a Filipe y a Iglesias Villanueva en el Calderón, con Sergio Rico doliéndose. / Efe
    Rami y Coke se dirigen a Filipe y a Iglesias Villanueva en el Calderón, con Sergio Rico doliéndose. / Efe

Empezar la temporada con los dos centrales titulares lesionados (Nico Pareja para varios meses y Daniel Carriço con una inquietante rotura parcial del tendón del músculo semitendinoso) no era precisamente una buena noticia. Para colmo, a estos dos serios reveses se sumaron varios más: la grave lesión de Marco Andreolli (el italiano fue fichado a última hora para echar una mano en vista de la plaga) y los problemas físicos de jugadores como Rami, Escudero, Tremoulinas, Beto, Llorente, Cristóforo, Banega, Gameiro... Todos ellos causaron baja en algún momento del inicio de temporada. Ahora, en cambio, el quebradero de cabeza de Unai Emery no es diseñar un once con lo puesto en vista de las lesiones, sino dar con el mejor posible. La recuperación de futbolistas y la reducción del número de lesiones han sido clave.

Una de las líneas más afectadas por los contratiempos físicos fue la defensa. Nico Pareja continúa de baja y Andreolli tiene para más tiempo incluso que el argentino, pero al menos Emery ha logrado construir una zaga cuyo rendimiento está siendo determinante en la mejoría del equipo.

A la gran campaña que venía realizando Adil Rami –todo un acierto su fichaje hasta el momento– se ha unido el regreso de Carriço, quien poco a poco está recordando a todos que es una pieza muy valiosa. Todo ello con Mariano y Escudero aportando su granito de arena, Tremoulinas y Coke haciendo lo propio y Kolo en un segundo plano ahora tras el regreso de Carriço.

En cualquier caso, sería injusto decir que el cambio para bien del Sevilla se debe sólo a su zaga. Ésta tiene, sin duda, mucha culpa del mismo, aunque nada sería igual si el resto de líneas no hubiesen apretado los dientes en tareas defensivas. El trabajo de los centrocampistas y de los delanteros se suma al de los zagueros y esto redunda en el despegue del conjunto nervionense.

Los números hablan por sí solos. Hasta la fecha, el Sevilla ha disputado 33 encuentros oficiales. En los 18 primeros encajó la friolera de 34 goles (casi dos de media). Un auténtico lastre, en definitiva, para un equipo que intentaba crecer en medio de una plaga de lesiones, del proceso de adaptación de los refuerzos y del dispar rendimiento de los jugadores que ya formaban parte del plantel. Todo ello con una alta exigencia y la participación en la Champions exprimiendo al equipo.

CAMBIO RADICAL. El partido contra el Borussia Mönchengladbach en tierras alemanas (4-2) fue un punto de inflexión. Desde entonces, el nivel defensivo del Sevilla ha experimentado un cambio radical: 4 goles encajados en los 15 partidos disputados desde aquel 25 de noviembre. Dépor (un gol), Granada (dos) y Málaga (uno) han sido los únicos adversarios que han logrado perforar la portería nervionense. De esos 15 encuentros, 12 terminaron con el Sevilla sin encajar goles.

Este cambio radical ha sido clave a la hora de alcanzar los dieciseisavos de final de la Europa League y los cuartos de la Copa, así como a la hora de reducir a ocho puntos la distancia respecto a la zona Champions. Una distancia grande pero que ya no se ve insalvable.