Una vuelta en el DeLorean

Un sevillista cualquiera saldría de aquellas extintas salas de cine de los 80 fantaseando con ser Michael J. Fox (McFly) y disfrutar de una máquina del tiempo

20 oct 2015 / 23:00 h - Actualizado: 20 oct 2015 / 23:04 h.
"Sevilla FC"
  • Una vuelta en el DeLorean

Los que tuvimos el privilegio de vivir la infancia en los 80 crecimos bajo la magia del mejor cine infantil que jamás se haya realizado. Películas míticas como E.T. El extraterrestre, Los Goonies, La historia interminable o Indiana Jones hacían estallar nuestra imaginación, nos teletransportaban a otro mundo. Una de esas fue Regreso al futuro II. Una obra maestra que precisamente hoy hace brotar una lágrima de nostalgia a todos los que superamos ampliamente la treintena. Cuando Marty McFly pregunta a Doc hacia dónde iban en el célebre y tuneado DeLorean, el estravagante científico le responde no a dónde se dirigían sino hacia cuándo: «Vamos a aterrizar en California, a las 4:29 de la tarde del 21 de octubre de 2015». El genial clásico ochentero fue un ejercicio de predicción sin ataduras a cargo de Robert Zemeckis y Steven Spielberg. Imaginaron en 1989 cómo sería la vida en el lejanísimo 2015: patinetes voladores, tecnología 3D, huella digital, etc.

Al mismo tiempo que McFly se montaba en el DeLorean y miles de personas hacían cola en las salas de cine, el Sevilla finalizaba una década de los 80 en la que, de la mano de Manolo Cardo, había sacado la cabeza de las alcantarillas de la nada fugazmente, pero realmente seguía preso de una vulgaridad con tintes ya de maldición eterna. Atrás, una década de los 70 en mayor oscuridad aún. Y después, unos turbulentos años 90 que acabaron en tragedia pese a otro regreso fugaz a la superficie, viajando por Europa y con Maradona en Nervión. Un club grande, ambicioso y con solera desde sus comienzos, atrapado en una eterna mediocridad frustrante. Porque la frustración llega al que quiere y no puede, no al que nada espera de la vida. Y el sevillismo quería, aunque su Sevilla fuera invisible.

Un sevillista cualquiera saldría de aquellas extintas salas de cine de los 80 fantaseando con ser Michael J. Fox (McFly) y disfrutar de una máquina del tiempo. ¿Hacia cuándo ir? ¿Al pasado? ¿Quizás al futuro? Imaginó, como todo el mundo, pilotar el DeLorean y ver la vida, su vida, en aquel lejanísimo 2015. ¿Casado? ¿Hijos? ¿Profesión? Y al final, lo inevitable, lo realmente importante: ¿Qué coño estará haciendo el Sevilla en 2015? El único DeLorean que existe es el simple paso del tiempo, capaz de trasladarte 30 años hacia adelante... pero claro, en un viaje de 30 años.

Pues bien, mire fecha y hora y cierre los ojos: el DeLorean está en marcha, Marty McFly y Doc están a punto de llegar a Hill Valley (California) dispuestos a luchar contra el chulesco y forzudo Griff Tannen, nieto del ya viejo Bill (Regreso al futuro I). Ahora abra los ojos y observe: un sevillista cualquiera acaba de aterrizar en Manchester (Inglaterra), con los dientes apretados, una bufanda al cuello, una resaca plácida tras varias copas de más y dispuesto a tocarle las narices a un rico y poderoso inglés, nada menos que en la Champions League, ante los ojos del mundo. El DeLorean ha llegado, bienvenidos al 21 de octubre de 2015.