Andalucía produce uno de cada cuatro kilos de almendra en España, un dato que se prevé duplicar en el próximo lustro debido al incremento de agricultores que apuestan por este fruto seco como una alternativa de cultivo y a la demanda creciente por parte del consumidor, que se calcula es de un 5 por ciento anual. Tanto es así que la producción tanto nacional como internacional empieza a ser insuficiente.

El boom también es palpable en los viveros, donde ha habido un notable incremento de las ventas de plantones dado el incremento de superficie. Sin embargo, recuerda el presidente de la Asociación Andaluza de Viveristas y Floricultores (Asociaflor), Carlos Carrascosa, que como otros productos, «los plantones no se fabrican de la noche a la mañana, sino que se necesita tiempo para obtener la mejor semilla certificada, sembrarla para conseguir buenos protainjertos e injertar fundamentalmente variedades protegidas; de ahí que los viveros registrados vayan anunciando futuras fechas de entrega en algunos casos».

Hable de viveros registrado porque como consecuencia a la fiebre por plantar este fruto seco han aflorado los viveros ilegales del almendro, asegura Carrascosa, quien asegura que el 80 por ciento de las ventas de pie franco de la comunidad son ilegales.

Esta comercialización al margen de la ley tiene un alto riesgo fitosanitario, dado que la planta se vende sin control. No sólo para el cultivo en sí, sino para el campo andaluz, remarca Carrascosa al recordar la presencia de plagas como la Xylella fastidiosa, «que sólo en Italia ha matado al rededor del 40 por ciento de los olivos de la región de Apulia».

La actividad ilegal además ha supuesto una caída de los precios del plantón. Mientras que antes el pie franco –tradicional– rondaba los 3 euros, la producción no regulada ha provocado que caiga hasta los 2 euros, «incluso menos».

La asociación de viveristas ya ha interpuesto más de 45 denuncias ante la Consejería de Agricultura para que se realicen las inspecciones pertinentes. «Sin embargo, la respuesta ha sido una inacción constante», señala Carrascosa, quien añade que en «las escasas ocasiones que ha llevado a cabo inspecciones, la demora es tal que cuando se persona en el vivero ilegal ya ni está la planta porque ha sido comercializada».

Quien sí parece haber tomado una mayor conciencia del problema, según Carrascosa, es el Seprona, «que ya ha interpuesto denuncias por delitos contra la propiedad intelectual», ya que la explotación de las variedades intercedidas correspondía en exclusiva a una empresa adjudicataria de un contrato del Estado. La última de sus intervenciones implicó la inmovilización de 85.000 plantas de almendro, por valor de medio millón de euros, en el municipio jiennense de Huelma.

El almendro se ha alzado como una alternativa más que rentable a otros cultivos, sobre todo porque cuenta con la ventaja de que está mecanizado y es «perfectamente compatible con el olivar, pues se usa la misma maquinaria», recuerdan desde Asociaflor. Además, en la última campaña el fruto llegó a pagarse al agricultor hasta 9 euros por kilo, un precio que ya se ha desinflado y que ahora ronda los 5 euros, apunta el responsable de frutos secos de COAG Andalucía, Juan Pérez.

En la anterior campaña, la producción en Andalucía rondó las 13.000 toneladas, mientras que a nivel nacional estaba sobre las 50.000. Sin embargo, España está muy lejos de coger a los principales productores, los californianos. La diferencia de rentabilidad entre unos productores y otros es abismal. Mientras que en Andalucía una explotación de secano tiene una productividad por hectárea de algo más de 200 kilos y la de regadío de unos mil, la de los estadounidenses es de 3.000 kilos, lo que la hace líder indiscutible.

La única posibilidad de tener más ventajas que ellos es que en Andalucía la mitad de la producción de almendra es ecológica, explica el portavoz de COAG Andalucía. Un tipo de cultivo que está en auge y que tiene una diferencia considerable. Sólo hay que ver el precio: «Si la marcona se pagaba a 8,5 euros, en ecológico llega a 11 euros». Eso sí, la producción es menor y los gastos de producción mucho más caros, señala Pérez.

En la provincia de Sevilla cada vez son más los agricultores que optan por este cultivo. Es el caso de José Manuel Saavedra, que este año ha sembrado siete hectáreas –más de 1.900 árboles– en la pedanía utrerana de Trajano. Es tierra de riego, por lo que la rentabilidad media es de 1.200 kilos. Saavedra no recogerá los primeros frutos hasta dentro de cuatro años.

Es consciente de que hay «una burbuja» de la almendra y asegura que los precios tan elevados no son buenos, pero tiene la esperanza de que cuando recoja su primera cosecha el precio esté entre los 4 y los 6 euros. Sin embargo, optó por este cultivo porque lo considera «más estable». «El olivo es una cultura y el almendro también», recalca.