El Pokino: 30 años de un juego ‘made in Sevilla’

07 nov 2015 / 20:25 h - Actualizado: 07 nov 2015 / 20:50 h.
"Empresas","Comercio","Ocio"
  • El juego de mesa El Pokino, en una estantería de la juguetería Osorno. / José Luis Montero
    El juego de mesa El Pokino, en una estantería de la juguetería Osorno. / José Luis Montero

En 1984 dos sevillanos, Joaquín Cuesta y Ángel Luis Friazza, decidieron patentar y fabricar la adaptación de un juego americano, un bingo con cartas. Lo bautizaron como El Pokino. Treinta años después lo venden en 31 provincias de España y, aunque admiten que no es «el Monopoly», presumen de haber creado el único juego de mesa «con la Giralda y la bandera de Andalucía en el as de oro», indica con orgullo Cuesta.

Él se dedica al sector de las fotocopiadoras y su socio es anticuario, así que reconocen que los más de 400 juegos de El Pokino que venden al año no les da «de comer». Eso sí, en la actualidad están fabricando 2.000 unidades que se distribuirán gracias a firmas como El Corte Inglés, Osorno, Helloso 2000 o ¿Jugamos?, en Sevilla; J de Juegos y Don Juego, en Madrid; Juguetoon en Huelva; Almacenes Bahía en Jerez de la Frontera y en Activity, en Logroño. Y, gracias a su página web, ya han vendido en Francia.

«Seguimos fabricándolo porque, con mucho esfuerzo, reinventamos un juego de mesa que fue muy difícil poner en marcha. Para nosotros es como un libro o un hijo y nos da pena quitarlo del mercado», comenta Cuesta, quien explica que han tenido ofertas de grandes fabricantes para explotarlo mejor pero «ninguna nos ha convencido e incluso alguna nos ha parecido casi un timo».

«El molde de los vasos para los premios los sacamos de un vaso de un termo de camping, aprendimos a hacer plástico, diseñamos la baraja de cartas a partir de un azulejo antiguo y le pusimos al as de oro la Giralda, la bandera de Andalucía, el nombre de El Pokino y dos leones, los de las cajetillas de Fortuna porque mi socio, y cuñado, era muy fumador», cuenta con nostalgia este empresario que también admite la falta de ayuda para mantener este juego en las estanterías de las tiendas. «Este año ningún banco nos ha querido financiar la fabricación de las 2.000 unidades», lamenta.

No obstante, están acostumbrados a «buscarse la vida», igual que hicieron hace 30 años para sacar adelante este juego de mesa. «Tuvimos que ir a la feria del juguete de Valencia para aprender, porque con un solo juego es muy difícil introducirte en el mercado y saber qué empresas te pueden fabricar las fichas, por ejemplo. No teníamos experiencia porque no venimos de ese sector, así que aprendimos sobre la marcha e hicimos realidad nuestro objetivo», concluye. Así crearon un bingo con cartas a lo sevillano.