Tras el turístico, es el segundo sector económico que más empleo genera en Sevilla. Sin embargo, el comercio no acaba de sacudirse los efectos de la crisis porque la recuperación no vende igual en las grandes superficies y en la tienda de barrio. El pequeño comercio de Sevilla reivindica mejoras y apoyos para poder competir en las mismas condiciones porque, por ahora, «la venta está muy parada» y la amenaza de nuevos centros comerciales ha hecho saltar las alarmas. «Se anuncian empleos directos, pero ¿cuántos se destruirán?».
Tomás González, presidente de la Asociación Provincial de Comerciantes (Aprocom), espera que la Navidad sea tan buena como se prevé y que «compense algo» el «malísimo» otoño porque la falta de frío congeló contrariamente la venta en textil, hogar, moda... En todo caso, se espera que 2016 eche la persiana con un incremento del consumo similar al del año anterior: entre el 2 y el 3 por ciento. Eso sí, desde el inicio de la crisis las ventas cayeron a la mitad. Por eso González tilda de «irrisorio» el pronóstico para 2016.
«La venta en Sevilla está muy parada, aunque el consumo en alimentación haya mejorado. Y la anarquía que impera en el sector urge que se pongan medidas», sentencia el presidente de Aprocom. En su opinión, las grandes distribuidoras juegan con ventaja. Botón de muestra: «El black friday se desvirtúa en España porque ya no sólo es un día. Se produce un desequilibrio y el comercio-ciudad tiene que hacer frente a las grandes superficies y a la venta online sin tener un marketing competitivo». Por eso, Aprocom pide «un nuevo revulsivo en forma de regulación».
El presidente de la patronal es tajante: «En la calle Larios ni un solo empresario es de Málaga, ¿queremos eso?». «Los países pobres amplían los horarios, y en los ricos se reducen». «En los países nórdicos –prosigue– se busca el equilibrio y el peso de la gran distribución no puede pasar de un porcentaje del comercio local».
Ante este panorama, por ahora, la única iniciativa en marcha viene del Ayuntamiento de Sevilla, que ha encargado un informe del sector para saber sus necesidades y distribuir la inversión. En primavera se conocerán los primeros resultados pero Aprocom insiste en que se necesitan recursos en las zonas comerciales de la ciudad para limpieza, iluminación, mejora de pavimento o conexiones para los mercados de abastos. El reto: hacer atractivo el comercio de barrio.
Pero no sólo el del centro porque mientras los escaparates del Casco Antiguo viven un momento dulce, sobre todo por el auge del turismo y de marcas internacionales que hacen de locomotoras locales, según el presidente de Alcentro, Enrique Arias, en la periferia la alegría del consumidor no llega a todos.
Pío XII es una zona comercial de mucha tradición en la que hostelería y alimentación sí notan el estirón de la confianza del consumidor, pero en la que zapaterías, tiendas de ropa o de regalos siguen con las ventas al mínimo. Así lo explica José Manuel Silgo, vicepresidente de la Federación de Comerciantes y Pymes de la Macarena y de la Asociación de Comerciantes de Pío XII.
Pero, ¿qué necesita este comercio de barrio? Según Silgo, es fundamental que se modernice, que se adapte a las nuevas tendencias del consumidor y, al tiempo, es clave que se aprueben ayudas públicas porque los recursos y las oportunidades no son los mismos que los de las grandes superficies. «Necesitamos asociarnos para poder competir en horarios, en ofertas, en recursos, en plantillas, en marketing... porque la venta está estancada», advierte.
Pero no para todos. 2015 fue un año «positivo» para la distribución porque arrancó el cambio de tendencia de estos últimos años. El crecimiento en volumen y en cifra de negocio rondó el 2 por ciento, según los datos de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA).
Más centros comercialesEl proyecto de Lar España en Palmas Altas, el centro comercial en Torre Sevilla y el aparcado, por ahora, complejo de Ikea en San Nicolás Oeste en la capital, más el futuro Waterland en Espartinas y el Megapark de Dos Hermanas podrían sumarse en un futuro a los 648.389 metros cuadrados de Superficie Bruta Alquilable (SBA) en 31 centros comerciales que tiene Sevilla. Si se construyen estos nuevos complejos, superará los 480 metros cuadrados de SBA por cada mil habitantes, siendo la media andaluza de 320.
Para la Confederación Empresarial de Comercio de Andalucía (CECA) el millón de metros cuadrados en centros comerciales previstos es una «amenaza sobre el sector» que tendrá efectos colaterales como menos empleo y menos competencia a medio plazo porque en la región «no hay déficit comercial, sino zonas saturadas».
En total, los grandes complejos previstos en Andalucía suponen incrementar en más de un 10 por ciento la oferta comercial, algo «excesivo» para la patronal que defiende al pequeño y mediano comercio andaluz y el modelo de ciudad mediterránea con centralidad urbana. Un modelo que, además, crea un empleo más estable que el de las grandes superficies.
Adiós a la renta antiguaAdemás, el pequeño comercio ha sufrido en los últimos años las consecuencias del fin de los contratos de renta antigua.
Hasta una plataforma –No al cerrojazo– se formó en Andalucía en contra del fin de los alquileres con renta antigua por la aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, que afectó a los contratos firmados antes de mayo de 1985.
No hubo más prórrogas y el 31 de diciembre de 2014 pasaron a la historia, afectando, sobre todo, a comercios tradicionales de los centros históricos de las ciudades. Ejemplos en Sevilla: Pichardo, La Casa de las Especias, el Bazar Victoria, el Garaje Pretel o la Antigua Cerería del Salvador.
La mayoría se mudó y otros negocios simplemente cerraron porque no podían asumir un arrendamiento que, en muchos casos, se triplicó de precio. Según la plataforma, 30.000 negocios se han visto afectados en la comunidad.
El reto: modernizarseY no son pocos los retos a los que se enfrenta el sector. En primer lugar, las pymes se tienen que adaptar a una sociedad digitalizada, de ahí que la patronal pida «estímulos» para dar el salto tecnológico, además de incentivos al consumo como un plan Renove de equipamiento para el hogar (que no sólo cubra electrodomésticos). «Sería bien recibido por el consumidor y por las empresas», certificó en declaraciones a este periódico el director general de la CECA, Carlos Bejarano, que aboga porque las administraciones plasmen en los PGOU su modelo de ciudad-comercio.
En cuanto al comercio electrónico, la población andaluza entre 16 y 74 años que usó alguna vez internet para comprar superó los 2,5 millones en 2015, así que está claro que el sector tiene sus miras puestas en el llamado e-commerce.
El comercio online en Andalucía generó el pasado año un impacto económico de 197 millones de euros, de los cuales 72,72 millones corresponden a un efecto directo, según un estudio elaborado por Bravo Analistas y SEUR. El informe calcula que este volumen de compras a través de internet genera más de 3.300 empleos en la comunidad andaluza.
La franquicia como opciónOtra forma de afrontar la mala situación laboral es apostando por el autoempleo, de ahí que la franquicia haya sido una alternativa en estos últimos años.
La región andaluza sólo es superada por Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana en número de franquicias. También ocupa el cuarto lugar en número de locales con 4.409, si bien cae al quinto lugar (porque la supera el País Vasco) en número de empleos generados con 12.726, según el informe La franquicia en España de la Asociación Española de Franquiciadores.
En este estudio, además, se recoge otro aspecto preocupante: en Andalucía la facturación es menor que en el resto de comunidades. El consumidor sigue retraído, pese a los indicadores macroeconómicos que reflejan más confianza.