76-82: Sin rebeldía sólo es una cuestión de niveles

El Betis Energía Plus encaja su tercera derrota seguida después de hacer la goma todo el partido ante un Iberostar Tenerife al que no logró sacar nunca de ritmo.

28 ene 2017 / 21:26 h - Actualizado: 28 ene 2017 / 21:39 h.
"Baloncesto","Liga ACB"
  • Mahalbasic hace falta a Bogris en el partido de este sábado en San Pablo. / ACB Photo (F. Ruso)
    Mahalbasic hace falta a Bogris en el partido de este sábado en San Pablo. / ACB Photo (F. Ruso)

El Betis no logró superarse esta vez como lo había hecho semanas atrás en San Pablo ante rivales superiores a los que acabó venciendo. No tuvo ese espíritu de rebeldía necesario, y aunque en momentos puntuales tuvo chispazos de energía, en términos generales nunca fue capaz de horadar la consistencia y solidez de un Iberostar Tenerife que siempre tuvo el control del partido, con una rotación tan compacta como efectiva. Está claro que no está segundo en la tabla por casualidad después de 18 jornadas.

Como es habitual, al Real Betis Energía Plus le costó entrar en calor. En el primer cuarto le faltó pulso en los órdenes principales del juego, y especialmente velocidad de traslación del balón ante la mejor defensa de la competición. Esas dificultades para anotar, como es también típico, le llevó a tener pasividad en defensa, y a Iberostar Tenerife no le supuso mucho esfuerzo coger el mando del partido, en la segunda fase del cuarto guiado por un Fran Vázquez que anotaba seis puntos seguidos, para una ventaja de 11-18 que atenuaron dos tiros libres de Stojanovski para poner punto y final al primer round.

La diferencia en el juego y en el marcador se abrió más si cabe en los primeros minutos de la continuación, en la que los de Txus Vidorreta expusieron otra de sus virtudes, el tiro de tres: White y Bassas hicieron sonar las alarmas en el San Pablo (15-28), y el Betis por fin reaccionó.

Lo hizo de la mano Marc García, al que, por fin, Zan Tabak daba minutos, tras muchos partidos de ostracismo. La respuesta del escolta catalán no pudo ser mejor: siete puntos seguidos que dieron pie a una nueva disposición verdiblanca, con más actividad en ambas canastas, con otro dinamismo. Mahalbasic, hasta entonces un tanto inoperante, empezó a parecerse a sí mismo y como Stojanovski seguía en vena de aciertos, el partido se equilibró en un visto y no visto (29-30) con ese arreón local.

Tras el parón del tiempo muerto, Tenerife tomó aire con los tiros exteriores y Stojanovski (12 puntos entonces), sobre la bocina, dejaba abiertas todas las opciones (36-40).

Era evidente que para aumentar sus posibilidades el Betis necesitaba subir su nivel. Tenerife es un equipo que mantiene constantes de notable durante todo el tiempo, capaz de generar en pocas acciones parciales que hacen mucho daño. No tiene estrellas pero sí una rotación donde todos los jugadores aportan con continuidad. No ofrece lagunas, hay que provocárselas. El equipo de Tabak siempre iba a remolque, haciendo la goma. Del 56-65 al 60-65 con una buena defensa que dejó a Tenerife tres minutos sin anotar.

Pero White clavó un triple y asistía después para el mate de Fran Vázquez. Otra vez a remar (60-70). El punto de inflexión, especialmente en defensa, no llegaba, y se complicó con la lesión de Triguero y las faltas de Mahalbasic. Los puntos de Nachbar alentaron la última oportunidad (71-76), pero de nuevo en las filas del segundo clasificado hubo respuesta: San Miguel clavó un triple muy alejado y fulminó el choque desde el tiro libre después.