-
Lalo García, en una foto de su etapa como jugador. / Foto: Rubén Cacho (EFE) -
Raúl Pérez ante Solana en su etapa en Valladolid. En el banquillo se puede ver a Lalo García junto a Gustavo Aranzana.
Día duro para la familia de Lalo García y los muchos amigos que tenía. Uno de ellos es Raúl Pérez, quien encontró en Lalo un apoyo cuando emprendió la aventura de Valladolid, tras dejar su club de toda la vida, el Caja San Fernando, en 1997. Allí estuvo hasta 2002. Un año antes se retiraba por lesiones el que fuera base del equipo castellano desde 1987, un emblema para aquella ciudad y un buen amigo para el que también lo es en el baloncesto sevillano.
“Es un día durísimo. Es algo tremendo, de verdad que no esperaba este final”, aseguraba Raúl Pérez tras conocer que la policía había encontrado el cadáver de Lalo en aguas del Pisuerga, a pocos metros del pabellón donde dieron ambos tantos días de buen basket. “Yo tenía esperanza de que apareciese, había algunos indicios pero esto es realmente dramático”.
Raúl ha estado al tanto durante estos años de los problemas que iba atravesando Lalo en su vida, sobre todo a través de Mike Hansen, otro excompañero en Valladolid y excuñado del que fuera ocho veces internacional con la selección española. Demasiados reveses, personales y profesionales. La estafa piramidal de Fórum Filatélico le cogió de lleno. Allí trabajaba tras colgar las botas, y allí invirtió y perdió todos sus ahorros, los de su familia y muchos de sus amigos. “Desde que llegué a Valladolid en el 97 conecté muy rápido con él. Luego llegaron Carles Marco, Jordi Llorens, Román Montáñez... estuve en su boda y pasamos unas vacaciones juntos en Chipiona. La relación era estrecha, sí”, recuerda Raúl Pérez, impactado también por una llamada que recibió ayer del que fuera su agente y también de Lalo García, Higinio Alonso. “Está destrozado, como todos, teníamos una relación común con Higinio que era mucho más que la de un agente”. “Lalo era una persona muy viva, en el equipo estaba pendiente de todo y de todos, sentía el club como suyo. Vivió la época dorada, con Sabonis. Era un jugador con mucha garra y sobre todo buena persona”.
Raúl regresará a Valladolid, donde coincidió con Gustavo Aranzana, extécnico cajista, para despedir a su amigo Lalo, el único jugador al que el histórico club pucelano le ha retirado la camiseta, con el número cinco, que luce en el techo del pabellón junto al que fue encontrado ayer su cadáver. Raúl Pérez también goza de esa distinción única en Sevilla. Su camiseta con el número 9, el que vistió también en Valladolid, cuelga en San Pablo.