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“Sevilla es una parte de mí, una etapa muy bonita y deseo que se salven”

Joan Plaza expone para El Decano sus sensaciones antes de medirse con su Unicaja, líder de la Liga Endesa, a un Baloncesto Sevilla al que ayudó a sentirse de nuevo uno de los mejores.

24 abr 2015 / 12:59 h - Actualizado: 24 abr 2015 / 13:14 h.
  • Joan Plaza.
    Joan Plaza.

—¿Cómo le ha sentado a su equipo este parón de dos semanas en una campaña tan exigente?

—Llegamos bastante jodidos del último tramo de la temporada y era necesario bajar el ritmo, pasar a un entrenamiento al día. Tenemos tocados a Carlos Suárez, Vasileiadis empezó a entrenar el viernes, Markovic se hizo daño en un dedo en el último partido...Los parones no me han gustado nunca pero esta vez vamos más tocados de lo normal. El equipo estaba exhausto tras el último partido de Euroliga y nos plantamos muy al límite ante Estudiantes. Decidí cancelar entrenamientos y ojalá poco a poco nos recuperemos.

—Loa factura de pelear entre y contra los mejores.

—Quejarse no ha lugar, pero sí es cierto que los equipos que pueden hacer convocatorias tienen una gran ventaja. Unicaja no es un equipo que pueda fichar un jugador para tres semanas, pero tampoco lo queremos, aquí no se hacen locuras, porque además preferimos poner a un chico del LEB o del júnior, que tenga esa oportunidad, que coja experiencia. Forma parte de nuestro trabajo.

En dos años ha logrado rehabilitar a Unicaja, que llevaba varios años perdido.

—Cuando vuelvo de Kaunas este era un club que venía de fichar muchos jugadores, y que jugaba la Euroliga pese a acabar noveno. Creo que desde el primer año hemos trabajado en la línea de colocar a Málaga en su status natural, estar entre la primera y la quinta plaza. Se ha hecho todo de una forma bastante coherente, siendo consecuentes con lo que fichamos en junio, no volviéndonos locos cuando se dan malos resultados. Hemos conseguido que nuestros aficionados vean a un equipo que va siempre al máximo, que no pierde en casa, que ha batido varios récords históricos del club, hay más gente en el pabellón y la ciudad vuelve a estar integrada con el equipo.

—Han sido líderes más semanas que el Madrid y el Barça. ¿Qué le piden ahora en Málaga?

—Nunca me han exigido nada en concreto, sino que Unicaja fuera un equipo estable, que dé siempre una buena imagen del club, del patrocinador, que sea un buen representante del baloncesto andaluz y español. Lógicamente, el que me conoce sabe que tengo autoexigencia, no me voy a conformar con nada. Mi objetivo siempre es mejorar el año anterior, que los jugadores también mejoren. Hemos estado a dos victorias del Top 8 de la Euroliga; en la Copa del Rey alcanzamos las semifinales, en Liga llevamos 20 semanas como líderes. Creo que nos estamos haciendo acreedores a jugar las semifinales, pero claro, luego pensaremos en estar en la final, y después en ganarla si es posible.

—Cuando llegó a Sevilla tenía una misión parecida. Por cierto, en su primer año, a estas alturas, el Caja era quinto con 16 victorias.

—Me gusta que me asocien en mis diferentes etapas con esa idea de que logramos recuperar la identidad y el orgullo, como hicimos en un club como Sevilla, con su historia, más incluso que haber conducido un portaviones como es el Real Madrid. Estoy convencido de que nuestro trabajo en Sevilla me permitió ir al Zalguiris y ahora estar en Málaga, sin aspavientos, sin falta de humildad, siendo serios y coherentes. Logramos optimizar a todos los jugadores y eso fue un trabajo de todo el staff técnico. Estoy contento con lo que hicimos allí.

—¿Algún recuerdo?

—Muchos, ganamos tres partidos al Real Madrid, volvimos a llenar el pabellón como hacía tiempo, recuerdo el ambientazo del San Pablo en los cuartos de final de la Eurocup, aquella final de Treviso... fue realmente bonito para mí y una gran satisfacción ayudar a recuperar la autoestima de un club como Sevilla, apostando junto a la directiva por hacer progresar a jugadores como Satoransky, Sastre, Beka, Balvin...

—¿Y qué piensa de la situación actual de Baloncesto Sevilla?

—Desde que me fui, y lo saben en el club, he estado dispuesto a ayudar siempre. Este año empezaron con mal pie. Scott Roth seguramente es un buen entrenador pero le faltó conocimiento de la liga. Habían conseguido un buen equipo estos años y había gente en la casa preparada para darle continuidad a la apuesta. Seguramente pensaron que este cambio era lo mejor. Ahora, con Luis Casimiro, el equipo está dando su medida real. Si empezara ahora la liga no sufrirían. Un equipo que gana a Valencia, Bilbao, CAI Zaragoza es muy capaz. En Málaga nos pusieron en dificultades. Creo que se salvará y ese es mi deseo. Sevilla es una parte de mí, fue una etapa muy bonita con un buen trabajo de todos, los técnicos, los directivos y sinceramente, no descarto volver algún día.

—¿De qué se acuerda cuando ve a Satoransky jugando los cuartos de la Euroliga contra Olympiacos?

—Fue un trabajo de conjunto, porque Ocampo y Tabak le ayudaron mucho. Con Aíto también siguió mejorando. Cuando llegó se le fichó como un tres y hubo una lucha por convencerle, nos costó muchos ataques de úlcera pero la inversión merecía le pena. Verlo ahora como un base del máximo nivel es un orgullo, que comparto con muchos otros técnicos, no solo es mérito mío. Calloway acababa de llegar, estaba Miso y Kirksay, podía jugar de uno. Luego tuvo aquellos problemas cardiológicos pero fue creciendo y superando obstáculos y en aquella Final Four de Treviso dio idea del enorme base que podía llegar a ser.

—¿Le recomendaría a Porzingis que dé ya el salto a la NBA?

—Llegó muy jovencito, era parte de ese buen trabajo que se hizo con la directiva, con Juan Carlos Ollero, Chaves, Llaneza. Estaba dando sus primeros pasos entonces. Tiene un futuro exponencial. En Málaga nos hizo mucho daño. Lo más importante para un jugador es acertar con ese salto. Mi ideal, seguro que romántico, de esta situación es Manu Ginobili, que se fue a la NBA después de ganarlo todo en Europa. La clave si va al draft es que el equipo que lo elija apueste por él, que el entrenador apueste por él. Pau Gasol hubiese hecho carrera seguramente igual allí, pero le ayudó en sus primeros años que su franquicia y su entrenador tuviesen la vocación de arriesgarse con él. Porque otros jugadores que bien pudieron llegar tan lejos no lo hicieron por esa circunstancia. Lo importante es no ir para perder el tiempo. Si decide irse, tal vez en dos o tres años alcanzará el nivel que exige. Siempre es mejor un paso previo, porque te ayuda a formarte. Si va cedido a un equipo de Euroliga le permitirá codearse con los mejores jugadores, se curtirá y es mejor para su preparación. Pero hoy día hay muchos intereses alrededor de los jugadores y es difícil.

—¿El entrenador del líder debe motivar a sus jugadores para un partido ante un rival de la zona baja?

—Esto depende de la educación de los jugadores y del entrenador y yo vengo de la mierda, de luchar por no descender, no me cuesta ponerme en la piel de Sevilla, se ubicar bien a mis equipos. Creo que para ellos, aunque querrán ganar, lógicamente, lo más importante ahora es ganar a los equipos de su liga. Recuerdo cuando entrené a Tarragona que ganábamos a Valencia, al filial del Barça con Dueñas y Gasol, y perdíamos con los que estaban cerca de nosotros. Será difícil para ambos equipos pero lo que puedo asegurar es que por muy líderes que seamos no le vamos a faltar al respeto a Sevilla. Tendremos que estar a un gran nivel para ganar. Estamos un poco agotados pero dispuestos. Los jugadores de Sevilla han llegado a un buen nivel de conocimiento entre ellos; Hernangómez es un jugador de máximo nivel que tiene todo para volver al Real Madrid y hacerlo con garantías; Oriola ha sido una grata sorpresa; Radicevic va cogiendo cada vez más responsabilidad y Berni vuelve a demostrar que se puede contar siempre con él; Urtasun y Byars ayudan mucho y Woodside es un poco el termómetro del equipo; hay muchos puntos pero al final tienes en cuenta el cómputo total del equipo, al que Luis Casimiro y Javi Carrasco han llevado a su máximo nivel.