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Sobrino (iz), Caruz y Juan González, ayer en Antares. Foto: Manu Gómez
El Ciencias Fundación Cajasol, que el próximo domingo se juega el ascenso a la División de Honor ante el CAU Valencia, aspira a convertirse en «una isla en el sur» de un equipo aficionado entre el profesionalismo que impera en la máxima categoría del rugby español.
En un desayuno informativo convocado este miércoles por la Federación Andaluza de la Prensa Deportiva en el club Antares de Sevilla, el presidente del Ciencias, Marco Caruz, destacó el mérito de una entidad que apuesta por la formación de jugadores en las distintas edades y que su equipo sénior es aficionado, con lo que compagina el deporte de elite con los estudios o los trabajos. Caruz recordó que intentarán dar el salto a la División de Honor, en la que ha militado diecinueve temporadas de las veinticinco que llevan en competición.
El presidente del club sevillano relató que, de producirse el ascenso, al que optan el domingo en las instalaciones de La Cartuja (12.00 horas) y para ello deben de superar un 22-15 con el que concluyó el pasado domingo la ida en Valencia, el coste de los desplazamientos en la venidera campaña se incrementaría en un 300 por 100 al ser el único del sur con continuos viajes al norte.
El esfuerzo de los dirigentes para equilibrar los nuevos presupuestos sería grande, con lo que confían en el su principal patrocinador, la Fundación Cajasol, siga con su ayuda, además de que el Plan Estrella de la Junta de Andalucía incrementaría su dotación al ser equipo de la máxima categoría. Caruz informó de que el presupuesto de desplazamientos en División de Honor rondaría los doscientos mil euros y ha subrayado que en cada viaje, en un deporte como el rugby, se mueven cerca de treinta personas y que para competir en la elite «es una paliza» los viajes siempre en autobús.
El entrenador del equipo, Juan González, por su parte, apuntó el «mérito» que tiene que los jugadores del Ciencias compaginen sus estudios, trabajos, familia con el rugby para «estar luchando por estar en la elite nacional».
González afirmó que es «estresante» mantener esta situación en una temporada larga que empezó el pasado 15 de agosto, aunque se ha mostrado «optimista» ante el partido del domingo en la confianza de incidir «en los puntos débiles» del CAU Valencia.
También reconoció que en la ida se vieron con un marcador adverso y que ello afectó al equipo, pues en su grupo de División de Honor B nunca habían vivido esa situación en un torneo en el que han gando los 22 partidos disputados de su fase regular.
El capitán de la plantilla, Manu Sobrino, resaltó el compromiso del equipo, que tiene una media de edad de 24 años, pese a las dificultades de compatibilizar el rugby con la vida familiar y laboral y los cansados viajes por carretera. Sobrino ha reconocido que se sorprendió por el mal partido que hicieron el domingo en Valencia pero que deben superar esta eliminatoria y lograr el ascenso.
Los tres coincidieron en resaltar la importancia de superar esta eliminatoria ya que hacerlo en una segunda oportunidad, la de la promoción ante el Gernika vizcaíno, sería más complicado. Por ello confían en una gran asistencia de aficionados al partido, lo que consideran muy importante para la confianza de los jugadores.
Sobre el CAU Valencia incidieron en que tiene un perfil parecido al Ciencias, al basar sus objetivos como club en la formación de jugadores sin entrar en el profesionalismo.
El presidente del Ciencias, no obstante, subrayó que la entidad valenciana tiene una gran diferencia con la sevillana, el hecho de poseer instalaciones propias, lo que ha considerado «fundamental» para el crecimiento. Caruz consideró que, en su opinión, «el mayor error en los 44 años de historia» del Ciencias ha sido el no haber conseguido tener instalaciones de su propiedad, lo que ha frenado el crecimiento del club y la formación de su cantera.